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INV 2015

Mapas de lo público y lo privado

Amarí Peliowski

Editorial (revista) | Revista

Sólo para la humanidad, en contraste a la naturaleza, ha estado garantizado el derecho de conectar y separar […] Tanto en un sentido inmediato como en un sentido simbólico, en un sentido físico y en un sentido intelectual, somos en todo momento aquellos que separan lo conectado o conectan lo separado.

Georg Simmel, «Puente y puerta» (1909).  

La cartografía está de moda. Hoy, el acceso a mapas de la tierra está asegurado y en constante desarrollo y, al menos en las regiones invadidas por internet, el mapeo se ha transformado en uno de los modelos de visualización del mundo por excelencia. Sea en formato científico o en versiones de corte gestáltico –baste mencionar a este último respecto «Esto es Talca«, plataforma de mapeo crono-fotográfico de nuestra revista lanzada en noviembre del año pasado-, son cientos los proyectos cartográficos que podemos encontrar en academias o en comunidades informales [1]. Por otra parte, Google Maps, Street View, proyectos de mapeo colectivo como Open Street Map, o herramientas como la fotografía panorámica, en 360° o gigapixelada, y el sistema de posicionamiento global (GPS), son algunas de las nuevas tecnologías que han creado una renovada manera de representar y percibir el espacio, afectando particularmente nuestra experiencia de las ciudades (ver Peliowski, 2012).

Con el crecimiento de esta neogeografía comunitaria, pública y compartida, un mapeo obsesivo, borgesiano [2], se ha hecho parte importante de nuestras vidas cotidianas. Con la ayuda de aplicaciones digitales, creamos y compartimos mapas de nuestras conexiones sociales, de nuestros viajes alrededor del mundo, o de nuestros movimientos diarios por la ciudad. Gráficos que solían mantenerse enclaustrados en circuitos científicos mostrando cartografías de viento, de flujos urbanos, de llamadas telefónicas o de aviones volando son hoy accesibles y admirados en internet. Podemos recorrer las calles de una ciudad completa a través de una pantalla de computador, turisteando desde nuestro sillón. Fotos y videos están siendo constantemente georreferenciados, formando cartografías cada vez menos abstractas y más relacionadas con la percepción espacial que el fotógrafo ruso Alexander Rodchenko llamaba «desde el ombligo»: la visión horizontal del ojo sumergido en el mundo.

Paralelamente, la representación de la arquitectura –una suerte de cartografía en zoom– también ha evolucionado. Las tecnologías 3D y herramientas de representación dinámica, que agregan movimiento a las tradicionales proyecciones ortográficas, son ya parte fundamental del proceso proyectivo. Archivos como 0300tv.com producen videos de edificios notables, haciendo que la representación arquitectónica sea más expresiva del acto de «atravesar» y menos de la fijación estática, característica de la tradicional fotografía. Google Art Project permite, tal como Street View desde ya hace unos meses, viajar por el interior de algunos de los museos más famosos del mundo. Bancos de fotografía como Flickr, Instagram o Pinterest también sirven como archivos colectivos de arquitectura, registrando no sólo fachadas sino que también interiores de edificios (aunque podemos agregar que los retratos de interiores son aún parciales: baños, clósets, cajas de escalera o pasillos son sistemáticamente excluidos de la representación de la experiencia arquitectónica).

Nuestra conciencia del espacio de la ciudad está siendo más afectada por el modelo cartográfico y por la visualidad de nuestro ambiente. Pero también ha sido influida por nuestro deseo de (o nuestra reticencia a) exponer públicamente lo que consideramos pertenecer a la esfera privada. La urbe ha sido tradicionalmente dicotómica, donde habitaciones encerradas –el espacio arquitectónico- son diferentes y opuestas al aire libre –el espacio urbano-. Esta diferencia es visible, hoy, en los mapas de cualquier ciudad: calles, plazas y parques son generalmente de un color, los edificios de otro. Sin embargo, el espacio de jardines privados, interiores de edificios públicos, corredores o construcciones en el subsuelo no siempre han sido ocultados, apareciendo en algunos momentos de la historia como parte importante de los mapas urbanos -tal como hoy en Street View.

En el muy riguroso plano de Roma de 1748 de Giambattista Nolli (fig. 1), las calles y piazzas son representadas en blanco; los edificios aparecen en negro. Este mapa, uno de las primeras representaciones urbanas que usaron métodos de medición científica, muestra los espacios privados y públicos como simbólicamente opuestos mediante el uso de colores contrastantes. Sin embargo, el blanco también indica los interiores de los primeros pisos de los edificios públicos, como iglesias y palazzos, homogeneizando así todo el espacio accesible para cualquier peatón.

Figura 1. Mapa de Roma, Giambattista Nolli, 1758 (fragmento).

Figura 1. Mapa de Roma, Giambattista Nolli, 1758 (fragmento).

En el plano de Versalles de Jean de la Grive (1746, fig. 2), la representación de los grandes jardines palaciegos es medular, pero también aparecen figurados en detalle los pequeños huertos y patios de las viviendas en la ciudad. El resultado es un mapa denso, homogéneo, donde propiedad Real y propiedad plebeya no están claramente diferenciados, como tampoco jardines privados, calles y parques.

Figura 2. Plan de Versailles de l’Abbé Jean de la Grive, 1746.

Figura 2. Plan de Versailles de l’Abbé Jean de la Grive, 1746.

En el plano de París de Turgot (1734-36, fig. 3), la vista axonométrica produce un efecto ambiguo en la separación entre espacios comunitarios y particulares: podemos atisbar el interior de los patios, sólo para darnos cuenta de que está confinados por los edificios circundantes, cuyas puertas ocultan los interiores a la visión del espectador.

Figura 3. Mapa de Paris, Michel-Étienne Turgot, 1734-36 (fragmento).

Figura 3. Mapa de Paris, Michel-Étienne Turgot, 1734-36 (fragmento).

Hoy, en Santiago, por ejemplo, al tradicional recorrido por las calles, Street View ha sumado la posibilidad de atravesar el espacio techado del GAM, el interior de la Casa Central de la Universidad Católica, del estacionamiento y patios interiores del Inacap de Vicuña Mackenna y de la UTEM en Macul, o las canchas del Estadio Nacional (figs. 4-8). ¿A qué voluntad responden estas «aperturas de puertas» hoy? ¿Al deseo desinteresado y humano de compartir espacios, o a una gestión de marketing de –por ejemplo- las universidades, que buscan atraer matrículas y por lo tanto aumentan la disponibilidad en línea de su imagen corporativa (edificios, espacios de recreo, casinos, etc.)?

Figura 4. Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, Street View, Google Maps, 2014.

Figura 4. Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, Street View, Google Maps, 2014.

Figura. 5. Centro Cultural Gabriela Mistral, Santiago, Street View, Google Maps, 2014.

Figura. 5. Centro Cultural Gabriela Mistral, Santiago, Street View, Google Maps, 2014.

Figura 6. Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, Santiago, Street View, Google Maps, 2014.

Figura 6. Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, Santiago, Street View, Google Maps, 2014.

Figura 7. Patinódromo, Santiago, Street View, Google Maps, 2014.

Figura 7. Patinódromo, Santiago, Street View, Google Maps, 2014.

 

Cabe preguntarse, entonces, por el dónde y el porqué de nuestros hábitos cartográficos, oficiales o informales. ¿Dónde trazamos el límite entre visualizaciones y cartografías del espacio público, y las imágenes y mapeo de nuestros espacios privados? ¿Por qué los pasillos de la Casa Central de la Universidad Católica se consideran de vista pública, pero los del Hospital San José no? ¿Es una invasión a la privacidad la vista aérea de un jardín privado, con una piscina y un parrón? ¿A qué espacio pertenece una fotografía de mi living, que subo y georreferencio en la web? Qué es privado hoy, y cómo representamos este dominio gráficamente? ¿Qué porción de la información sobre nuestros interiores compartimos? ¿Y por qué? ¿Cuánto de nuestra actitud cartográfica ante la privacidad es paranoica, cuanta es panóptica, y cuánta exhibicionista?

También es pertinente preguntarse, desde una perspectiva disciplinar, por los límites de las acciones de arquitectos y urbanistas. En Chile, donde no existe aún una distinción académica y profesional clara entre ambos oficios, responder a estas preguntas no es ajeno a cuestionarse sobre el alcance y el diseño de lo que concebimos, y convenimos representar, como «espacio público». El caso del GAM, por ejemplo, es una excepción extraordinaria donde la calle, abierta y sin rejas, atraviesa un edificio público que históricamente, además, pasó de ser un centro de reunión popular, comunitario, a ser un búnker impenetrable. ¿Cuáles son entonces las puertas y puentes que erigimos entre arquitectura y urbanismo?

***

A continuación presentamos una serie breve de imágenes cartográficas y artísticas sugerentes de la cuestión de la representación de la frontera entre espacios público y privado:

Figura 9. My Google street (view), Nicholas Frespech, 2012.

Figura 8. My Google street (view), Nicholas Frespech, 2012.

Figura 5. Portada de la "Guide Psychogéographique de Paris", de Guy Debord, París, 1957. Kevin Lynch (The image of the city. Boston: The MIT Press, 1960) y Guy Débord a la cabeza de la Internacional Situacionista, abordaron en las décadas de 1960 la dimensión subjetiva de la experiencia de la ciudad, y particularmente de los límites entre propio y comunitario, público y privado.

Figura 9. Portada de la «Guide Psychogéographique de Paris», de Guy Debord, París, 1957. Kevin Lynch (The image of the city. Boston: The MIT Press, 1960) y Guy Débord a la cabeza de la Internacional Situacionista, abordaron en las décadas de 1960 la dimensión subjetiva de la experiencia de la ciudad, y particularmente de los límites entre propio y comunitario, público y privado.

Figura 10. Hub, Stephen Walter, 2007-2010. La obra de Walter puede considerarse una reinterpretación de las representaciones psicogeográficas de los situacionistas. Vale la pena mencionar aquí el trabajo de http://www.iconoclasistas.net

Figura 10. Hub, Stephen Walter, 2007-2010. La obra de Walter puede considerarse una reinterpretación de las representaciones psicogeográficas de los situacionistas. Vale la pena mencionar aquí el trabajo de http://www.iconoclasistas.net

Figura 11. Ospedale SS Giovanni e Paolo, planta del tercer piso, Le Corbusier, asistido por Guillermo Jullian, 1964. Los planos de Le Corbusier usaban códigos de color para diferenciar los espacios de circulación pública y privada. Jullian, su colaborador, fue el inventor de un complejo sistema de diseño (“Yellow peripheral distinction”, YPF), basado en una estructura de grilla y colores indicando el entretejimiento de espacios públicos y privados.

Figura 11. Ospedale SS Giovanni e Paolo, planta del tercer piso, Le Corbusier, asistido por Guillermo Jullian, 1964. Los planos de Le Corbusier usaban códigos de color para diferenciar los espacios de circulación pública y privada. Jullian, su colaborador, fue el inventor de un complejo sistema de diseño (“Yellow peripheral distinction”, YPF), basado en una estructura de grilla y colores indicando el entretejimiento de espacios públicos y privados.

Figura 12. Una de las imágenes 9-eyes.com, Jon Rafman, proyecto en curso. Esta serie, como también en otras realizadas por artistas como Michael Wolf, Douglas Rickard, está compuesta por instantáneas seleccionadas de Street View. En ellas, el espacio público está intervenido por humanos, creando escenas que, aunque provenientes de la herramienta pública, cartográfica y supuestamente neutra de la aplicación de Google, parecieran retratar a veces un universo bien privado.

Figura 12. Una de las imágenes 9-eyes.com, Jon Rafman, proyecto en curso. Esta serie, como también en otras realizadas por artistas como Michael Wolf, Douglas Rickard, está compuesta por instantáneas seleccionadas de Street View. En ellas, el espacio público está intervenido por humanos, creando escenas que, aunque provenientes de la herramienta pública, cartográfica y supuestamente neutra de la aplicación de Google, parecieran retratar a veces un universo bien privado.

Figura 13. Arrangement according to Nature (Madame), Alain Paiement, 2010. Las vistas de Paiement pueden ser comparadas a las vistas satelitales que han servido de cartografía desde hace algunas décadas, haciendo del espacio habitado por humanos una superficie homogénea, algunas veces cartográfica, algunas veces pictórica.

Figura 13. Arrangement according to Nature (Madame), Alain Paiement, 2010. Las vistas de Paiement pueden ser comparadas a las vistas satelitales que han servido de cartografía desde hace algunas décadas, haciendo del espacio habitado por humanos una superficie homogénea, algunas veces cartográfica, algunas veces pictórica.

Figura 14. Pools. Piscinas extraídas de fotos aéreas de Bangkok, Will Patera, 2009.

Figura 14. Pools. Piscinas extraídas de fotos aéreas de Bangkok, Will Patera, 2009.

Figura 15. No-stop city, “Continuous typological plan” (detalle). Archizoom, 1971. En las representaciones utópicas de varios arquitectos de la década de los ’70, como los de Archizoom, Archigram o Cedric Price, los individuos participan en la construcción y organización de redes de funcionamiento privado y público, que se entrecruzan en el espacio de la ciudad.

Figura 15. No-stop city, “Continuous typological plan” (detalle). Archizoom, 1971. En las representaciones utópicas de varios arquitectos de la década de los ’70, como los de Archizoom, Archigram o Cedric Price, los individuos participan en la construcción y organización de redes de funcionamiento privado y público, que se entrecruzan en el espacio de la ciudad.

Figura 16. Lower East Side, NYC, 2011, Surveillance Camera players, 2011. La comunidad de Surveillance Camera Players se dedica a realizar cartografías urbanas donde se identifica la localización de cámaras de vigilancia, denunciando así redes y esquemas ocultos de visualización, y de apropiación, del espacio urbano.

Figura 16. Lower East Side, NYC, 2011, Surveillance Camera players, 2011. La comunidad de Surveillance Camera Players se dedica a realizar cartografías urbanas donde se identifica la localización de cámaras de vigilancia, denunciando así redes y esquemas ocultos de visualización, y de apropiación, del espacio urbano.

Figura 17. Reality Properties: Fake Estates, Little Alley Block 2497, Lot 42, Gordon Matta-Clark, 1974. En Fake estates, Matta-Clark trabaja con planos de porciones de tierra urbana a la venta, pero que son de proporciones absurdas (por ejemplo, una franja de algunos centímetros de ancho y de varios metros de largo y otros varios de alto, entre dos edificios).

Figura 17. Reality Properties: Fake Estates, Little Alley Block 2497, Lot 42, Gordon Matta-Clark, 1974. En Fake estates, Matta-Clark trabaja con planos de porciones de tierra urbana a la venta, pero que son de proporciones absurdas (por ejemplo, una franja de algunos centímetros de ancho y de varios metros de largo y otros varios de alto, entre dos edificios).

Referencias Bibliográficas

Borges, J. L. (2012). Del rigor en la ciencia. En Historia universal de la infamia. Buenos Aires: Emecé.

Peliowski, A. (2012). “Mapas saludables de la ciudad contemporánea”. Spam_arq, 7.

Amarí Peliowski, arquitecta. E-mail: amari@bifurcaciones.cl. Amarí es, desde el número 18, editora de Revista Bifurcaciones.

[1] Otros ejemplos, de carácter dinámico (temporal), dentro del enorme universo de proyectos cartográficos actuales son: http://www.handmaps.org/, http://mappingcontroversies.net/, http://earth.nullschool.net/ y http://ejatlas.org/.

[1] Referimos aquí al relato breve de Borges donde aborda la incursión invasiva del mapa en el mundo moderno (Borges, 2012 [1954]).