Dos pantallas, enmarcadas al estilo de una proyección de un film en 8 mm, exhiben una composición creada a partir de quinientos vochos (escarabajos Volkswagen). Cada automóvil es fotografiado en sus hábitat natural dentro de la Ciudad de México, y luego es remasterizado digitalmente para hacer los calces de tamaño y posición. La serie está articulada en un loop de diez fotografías por segundo. El resultado es un viaje por el DF a bordo del vocho.

Apenas llegado a la Ciudad de México, el vocho se convirtió en un ícono de la ciudad. Sea donde sea que andes dentro de la supermetrópolis, casi siempre encontrarás un vocho a la vista, más allá de las múltiples formas o estados de conservación que pueda tener. Los vochos siguieron siendo producidos, aún cuando en Alemania –su país de origen- ya estaban fuera de la cadena industrial; de cierto modo el vocho simboliza un flashback a la historia del imperialismo: un producto europeo sigue siendo preservado en el país de recepción, cuando en el país de origen ya fue sacado de circulación.

El vocho es un estímulo visual, más allá de su sola presencia en las calles de la ciudad. Su forma perfecta llama la atención a la vista, pues su perfil coincide con una elipse construida en base a la proporción áurea (golden ratio).

Still de Jens Kull es un resumen de la Ciudad de México. En pocos segundos, quinientos vochos son presentados a una velocidad tal que enfocarse en todos los entornos de los automóviles sea imposible. La visión queda fijada en la forma del Volkswagen mientras, simultáneamente, sus colores, estados de conservación y entornos cambian a toda ritmo. Una metáfora de la vida urbana, donde la vista del espectador / ciudadano es continuamente estimulada.

Todas las fotografías de los vochos fueron tomadas en un periodo largo de tiempo, en diferentes áreas de México DF. Al vincular las imágenes entre sí bajo este formato, el tiempo y el espacio son suspendidos, creando una animación virtual. Asimismo, la continua modificación de los entornos crea una experiencia cinética: como observadores podemos ver cómo el vocho avanza, recreando así el movimiento espacial. Con ello Jens Kull crea una carrera entre los dos vochos, en donde el de la derecha (o de atrás) busca alcanzar a su rival.

– Michael Schaer (writeronart.com)