14/05/2013

Cuatro poblaciones en el Gran Santiago/

Informe preliminar sobre situación y aspiraciones de grupos marginados

Alejandro Portes

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Resumen

El texto que aquí se presenta es la conclusión de “Cuatro poblaciones: informe preliminar sobre situación y aspiraciones de grupos marginados en el Gran Santiago”, escrito por el sociólogo cubano-estadounidense Alejandro Portes en 1969, realizado a través del programa de Sociología de Desarrollo de la Universidad de Wisconsin (Estados Unidos).

Como el mismo Portes señala: “durante aproximadamente nueve meses un grupo de investigadores a mi cargo llevó a cabo una encuesta en varias de las poblaciones que rodean Santiago [Parque Santa Mónica; La Faena; La Herminda de la Victoria; Lo Valledor Norte] con el objeto de clarificar, para este universo de individuos, algunas proposiciones teóricas sobre sus aspiraciones y expectativas para el futuro, su grado de satisfacción o insatisfacción con su situación actual, su percepción subjetiva de progreso en comparación con aspiraciones pasadas, su grado de participación y actitudes hacia la comunidad y organizaciones comunales, y sus actitudes hacia el cambio social e intensidad de deseo por ese cambio”

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Como se dijo al principio del trabajo, este informe preliminar se basa en el análisis estadístico elemental de cada una de las variables; análisis que se llevarán a cabo posteriormente se encargarán de establecer las relaciones entre las variables, su grado y significancia de asociación y los posibles modelos causales que puedan derivarse de los datos. Aquí es conveniente resumir brevemente los resultados obtenidos en estas tablas. En cuanto a aspectos demográficos, los resultados más importantes son:

1) La alta proporción de no migrantes, o sea de nacidos en Gran Santiago o en la provincia de Santiago. Esta proporción es equivalente aproximadamente a la mitad de la muestra. 2) El hecho de que la fuerte mayoría de los migrantes tienen diez o más años de residencia en la capital mientras menos de 1% tiene menos de un año. En el campo de roles y posiciones en la sociedad hallamos: 1) Que la proporción de cesantes no se diferencia a la hallada para la población total de Gran Santiago aunque la mayoría de las ocupaciones reportadas se concentran en los niveles bajos. 2) Que la preparación educacional de la muestra tiende a ser muy escasa, existiendo un alto porcentaje de personas sin ninguna educación. 3) Que los nivlees de ingresos son más elevados que los que generalmente se suponen con un alto porcentaje de familias que poseían en 1968 ingresos superiores a E° 600.

Con respecto a contactos con medios de comunicación hallamos que altas mayorías reportan leer diarios y escuchar radio “de vez en cuando” o “frecuentemente”.

Los resultados más importantes en el área de pertenencia a asociaciones son: 1) Bala pertenencia a organizaciones sindicales y aún menor participación en organizaciones políticas. 2) Una identificación mayoritaria con la religión católica pero participación ínfima en organizaciones religiosas. 3) Una elevada tasa de participación en juntas de vecinos. 4) Una identificación mayoritaria con las clases trabajadora y baja y con los grupos económicos pobres unida a un fuerte apoyo en creencias ideológicas características de sectores dominados.

Con respecto a actitudes hacia la población y organizaciones vecinales hallamos: 1) Una elevada mayoría que expresa confianza en que la Junta de Vecinos puede ayudar a mejorar la situación de la población, y una proporción similar que señala a los dirigentes de juntas vecinales como las personas de la población en cuya opinión confía cuando surgen problemas importantes en el país. 2) Una tendencia mayoritaria a creer que los pobladores pueden hacer cambiar una decisión del gobierno que les haya sido adversa y una preferencia por medios institucionalizados o pacíficos para lograr tal propósito.

Por último las preguntas sobre aspiraciones y expectativas obtienen los siguientes resultados: 1) La situación económica de la mayoría de los encuestados es evaluada subjetivamente como insatisfactoria y comparada negativamente con aspiraciones económicas pasadas. 2) En otros aspectos específicos, tales como ocupación y situación habitacional, y en relación con la situación actual en general, proporciones mucho más altas tienden a evaluar las presentes condiciones de vida como al menos moderadamente satisfactorias en comparación con aspiraciones pasadas. 3) Entre aquellos insatisfechos en alguna forma con su actual situación, una clara mayoría responsabiliza por sus frustraciones a elementos fatalistas, a sus padres, a su propia negligencia o a hechos objetivos de su vida privada en el pasado. Aquellos que sitúan el “foco de culpa” en aspectos sociales y estructurales forman un porcentaje significativo pero minoritario. 4) La aspiración más común para el futuro dice relación al mejoramiento de la vivienda o la obtención de un sitio o casa propia. Aparte de la población “Tipo D” [1], todas las demás presentan porcentajes muy elevados de pobladores que indican que lo que más desean en el futuro es una vivienda buena y/o propia. Por otra parte, la inmensa mayoría de los encuestados tiene fe en que podrán lograr sus aspiraciones básicas en el futuro.

Tomados por separado, estos resultados no van más allá de ser una descripción inicial e incompleta del universo estudiado. Sin embargo, interpretados en su conjunto a través de un marco teórico definido, los datos se hilvanan en un retrato coherente de las áreas marginadas y sus habitantes.

Esta visión, derivada del trabajo empírico, se opone a la que ve en poblaciones periferales los albergues del último recurso de la miseria, habitados por migrantes recién llegados a la ciudad e incapaces de abrirse paso por sí mismo en el sistema urbano. Vemos en cambio que, aunque pobres e inadecuadas en el presente, estas áreas ofrecen promesas ciertas de estabilidad y progreso para el futuro y que a ellas se dirigen grupos populares dotados ya de alguna estabilidad ocupacional y alguna experiencia con los mecanismos del sistema urbano para establecer viviendas definitivas donde radicarse. La imagen del poblador que emerge de estos resultados no es tampoco la de un individuo apático, indiferente a la colectividad y a las organizaciones vecinales, sin información ni participación en la vida urbana, pesimista y carente de aspiraciones para el futuro.

Por el contrario, hallamos individuos esforzados por lograr una integración estable en la estructura urbana, en frecuente contacto con los medios de comunicación; interesados, participantes y creyentes en las organizaciones vecinales, y con claras aspiraciones para el futuro y confianza en su logro.

Esta visión de los marginados no es del todo nueva. Otros trabajos recientes como los de Turner, Goldrich, Nelson, Cornelius, etc., apuntan en la misma dirección. [2] Es quizá Turner el que más vividamente haya expresado esta nueva aproximación teórica a las áreas marginadas de América Latina. Con referencia a las “barriadas” de Lima nos dice que:

Lejos de ser un ‘cinturón de miseria’ de los desposeídos, aguardando sólo la chispa para lanzarse a la destrucción de los bastiones de la sociedad que rodean, las poblaciones podrían ser más realísticamente descritas como cinturones de seguridad social… El distrito de Watts en Los Angeles no es físicamente un tugurio materialmente superior a la mejor ‘barriada’ de Lima. La diferencia importante es muy difícil de percibir externamente: es la diferencia entre esperanza y desesperación[3]

De ser real y adecuada la imagen que nos ofrece Turner y que se evidencia de nuestros resultados, políticas habitacionales y de bienestar social que se basan en visiones tradicionales de grupos marginados, han de ser modificadas en forma radical. Las metas no serían ya “guiar” y “promover” a estos grupos sino servir a su iniciativa y dinamismo propio a través del desarrollo de las condiciones objetivas mínimas partiendo de las cuales pueda desarrollarse su esfuerzo individual y colectivo. De ahí la importancia que estos cambios teóricos, que resultan en poner mucha más fe en la acción y capacidad de los sectores populares, tienen, y la necesidad de examinar cuidadosamente su validez a través de mayores y más intensos estudios sobre el tema en el futuro inmediato.

 

 

* Alejandro Portes es uno de los más importantes sociólogos del medio estadounidense, donde es profesor en la Universidad de Princeton y Director del Center for Migration and Development de la misma casa de estudios. Doctor en Sociología en la Universidad de Wisconsin-Madison (1970), fue parte de los investigadores del hemisferio norte de las décadas de 1960 y 1970 interesados en los características, conflictos y contradicciones de la urbanización latinoamericana. En ese debate fue parte importante a la crítica tanto a las teorías de la marginalidad y la promoción popular, como al estructuralismo-marxismo de autores como Nun y Quijano.

** La imagen que acompaña al texto fue tomada en la población Santa Corina de Barrancas en 1972. Aparece públicada en el número 23 de la revista AUCA del mismo año.

[1] «Tipo D» hace referencia a poblaciones definitivas resultantes de políticas tradicionales de vivienda. Este es sin duda el grupo más heterogéneo pues incluye poblaciones cuyos habitantes pueden considerarse fuera de la situación de marginalidad, tales como Eneas Gonel y Juanita Aguirre en Conchalí y Dávila en San Miguel, hasta grandes núcleos habitacionales estancados, al parecer irremisiblemente, en un nivel residencial bajo y carente de integración con la estructura urbana dominante, tal es el caso de José María Caro, la población más grande de Santiago.

[2] Ver Turner, J.C. (1966) Uncontrolled urban settlements: problems and policies. En “Seminario Inter-regional sobre políticas de desarrollo y planeamiento en relación a la urbanización”. University of Pittsburgh – Organización de Naciones Unidas (mimeo). Goldrich, D.; Pratt, R. B.; Schuller, C. R. (1967) The political integration of lower-class urban settlements in Chile and Peru. Studies in Comparative International Development, III, (1), 1967-8.  Nelson, J. M. (s.i.) Migrants, urban poverty, and instability in New Nations. Harvard Univ. Center for International Affairs (mimeo). Cornelius, W. A. (s.i.) The political sociology of cityward migration in Latin America: Toward empirical theory, en Rabinovitz, F.; Trueblood, F. (Eds) Latin American Annual (vol. I), California: Sage Publications.

[3] Turner, J.C., op. cit.