El terremoto de 1960 provocó un cambio significativo del paisaje, la sociedad y la economía de la provincia de Valdivia. La geografía se vio alterada por el hundimiento de parte de la costa valdiviana y las riberas de los ríos (Islote Haverbeck, Las Marías, en la ciudad de Valdivia, y Santo Domingo, en la salida sur de Valdivia, y junto al río Lingue, en su desembocadura en Mehuin, entre otros lugares) Así, muchas hectáreas de suelos cultivables se perdieron en la provincia. Sólo en la comuna de San José de la Mariquina, unas 2 mil hectáreas. Además, está el conocido derrumbe de tres cerros en el lago Riñihue, que impidieron su desagüe natural y por dos meses estuvo la amenaza de una inundación de los poblados establecidos a orillas de la hoya hidrográfica del río Valdivia, especialmente Los Lagos y Valdivia. También, el maremoto que afectó a Corral Bajo, Amargos, La Aguada y parte de Corral Alto. En fin, 20 mil personas perdieron sus casas y hubo 1.600 muertos. Por su parte, el maremoto en Mehuín destruyó casi todas las casas de pescadores y las utilizadas para veranear. Sólo el hotel Millalafquén se mantuvo en pie.

El terremoto y maremoto provocó una destrucción notable de infraestructura en toda la provincia. En la ciudad de Valdivia, el daño provocado a su industria fue determinante en el término de varias de ellas. Mientras en 1959, se contaban 73 industrias y empresas importantes en la ciudad, tras el terremoto sólo permanecieron 26 de ellas. Es decir, se perdió un 64% de las principales industrias y empresas de Valdivia. Especialmente, desaparecieron las empresas navieras y las casas comerciales que se dedicaban a importación y exportación. En este caso, el impacto del deterioro de la navegación fluvial y destrucción de Corral tuvo un efecto inmediato y directo. Por otro lado, el segundo rubro más golpeado por el terremoto fue el del calzado y curtiembre. De las seis industrias que existían, sólo permaneció una de ellas (Curtiembre Stolzenbach, suponemos).

Por otro lado, importantes servicios de la ciudad de Valdivia, como el Hospital Regional, cuyo edificio perdió 4 de sus 8 pisos, y la Universidad Austral de Chile, sufrieron daños importantes. En varios aspectos, la huella psicológica, social y económica dejada por el terremoto de 1960 ha sido imborrable para los habitantes de la provincia de Valdivia. Un aspecto destacable en torno a este suceso es el abundante testimonio gráfico y fílmico que ha quedado de lo ocurrido. Sin embargo, fuera de la película de Leopoldo Castedo, “La Respuesta”, que relata la llamada “hazaña del Riñihue”, cuyo original está en manos de la Universidad Austral de Chile, el registro fotográfico realizado por profesionales y personas comunes está disperso y se han hecho pocos esfuerzos por reunir esas fotografías y por reconocer el valor histórico patrimonial de esos testimonios.

En este sentido, la publicación en Bifurcaciones de fotografías tomadas por el profesor Karl V. Steinbrugge, entre el 18 y 20 de junio de 1960, y por Rodolfo Schild, destacado vecino valdiviano, son un aporte al conocimiento de este patrimonio.[1]

Tras el terremoto de 1960, la región fue objeto de una fuerte ayuda estatal e internacional para la reconstrucción de las ciudades y la economía. La ciudad de Valdivia experimentó una nueva reconstrucción, similar en envergadura a la que viviera en 1909. Destruido el malecón y parte de los edificios de avenida Arturo Prat, dañado el puente que conducía a la Isla Teja, la ruina de numerosos edificios, como la Catedral, y fábricas en diferentes puntos de la ciudad, así como en la Isla Teja, la Municipalidad aprovechó el momento para rediseñar las calles en torno al puente Pedro de Valdivia y construir una nueva costanera en la avenida Arturo Prat. En gran parte, la ciudad de Valdivia que se puede observar hoy día, en su parte céntrica, es el resultado de las transformaciones realizadas después del terremoto de 1960.