Cielos oscuros cruzan Santiago, vía Conchalí
Palomas se desprenden de los techos
(Sueño que vamos por 1920 y como un globo de navidad
La Virgen vaga hacia Cisterna.
La Cordillera está ahí nevada,
pero, yo soy un pobre diablo de la Plaza Brasil,
uno que bailaba boogie al viento en los cafés.
Mi casa derrumbada tras un mar de corbatas
colgadas de los mástiles: Rosas con Teatinos
Gath y Chávez abre sus puertas)
Alessandri dispara quimeras a la Población.
Escuchen la noche extensa sobrevolar departamentos numerados,
el agua detenida dentro de las camas.
Y automóviles perdidos.
Otros vivieron a orillas de los ríos
sentados en el Desierto de Atacama,
pero yo vivo en lo alto de la Plaza Bulnes
y oigo el rumor de los barrios al atardecer
Las Ovalle Negrete van y vienen;
yo pienso en todo cuanto existe entre Mapocho y Franklin,
(Balmaceda murió en esa casa de Amunategui
y O´Higgins se fue al exilio caminando por San Pablo).
….. Viejas canciones recorren la ciudad durante el día;
….. pienso en los cines.
….. torres de altura cubren el adobe
Dos cerros verdes Y una mujer, que amo.
A las siete se enciende la luz de mercurio
Cae la noche,
y yo quisiera volar desde el Paradero 15
al cerro Renca, mi alma
Traspasar el Gasómetro, trenes
por Exposición
dar la vuelta camino a Pudahuel
volver al centro.
Todos moriremos algún día
pero el Mapocho no detendrá jamás su curso.
Veo pasar bloques estropeados
mi viejo barrio Panamericana Sur.
No sé que decir
Sentado a la escalinata los conventillos pasan
la punta de la iglesia Santa Ana
como una nube bajo la luna llena.
(Yo desde Matucana a Brasil, Santo Domingo
haría una ciudad perfecta: correrían carros por sus líneas
todos vestidos de escocés
y la puertas con sus manitos de hierro
golpeando desde el otro lado de la vida
mi alma está en Avda. Portales
a las siete de la tarde montada en una nube
de galletas).
….. Ay, pero Santiago de la República ha caído.
….. Se gastó Vivaceta
….. Independencia también va camino a la muerte
Nunca se pavimentó Quinta Normal
Ni San Ramón.
La ciudad se hizo estrecha para tanta muchedumbre.
Todo quedó allí
San Pablo, Santa Isabel
(quizás todo sea después una villa
en altura), y nos amemos en los ascensores
y podamos ver el mar desde el último piso de San Borja.
Hasta el año 32 se dormía en Santiago
con la ventana abierta, existía confianza pública.
Ahora llevamos terremotos, tranvías, gobiernos en la mente.
La sequía del 68
el Martes 11 de septiembre.
Hacia donde mires alrededor hay cerros
y al morirse uno
al fondo de Avda. La Paz un cerro puntiagudo
que te espera.
Gloria al Dios de las calles
Señor Haz que pase pronto la Pila Cementerio 26 letrero rojo
y envíanos algo de comer aquí y ahora.
Estamos tan cansados de esperar.
Sí, soy de Santiago
Aquí nací un día de Primavera
cerca de Bellavista
Y viví en Rosas con Teatinos
Jugué en la Plaza Brasil tardes enteras.
El 57 partimos a Quinta Normal
Corría el tren 201 al Puerto
como una calle iluminada.
Desde el Puente Carrascal
yo veía el horizonte.
Era de noche.
El Sputnik pasó más allá de la Estación
Todo está dentro de mí ahora.
Después nos fuimos a Las Condes
Mis hermanos miraban el Manquehue
En Portugal 1334, hice mi primer hogar
Año Setenta.
Fui padre en un 4º piso de la Villa Olímpica
Allí empezó el Estado de Emergencia.
Nos fuimos al final de Santa Rosa
El lugar más pobre del Mundo.
Ahora estoy bajo un naranjo y escucho
el silencio del campo en la madrugada.
El río Maipo que camina hacia el mar.
Conciudadano:
….. Detente bajo cualquier de los 77
Edificios del centro
y respira
montañas de habitaciones
que suben por el cielo.
(Cuántas ventanas se elevan
y en cada una cabezas negras asomadas, cuando
es mediodía en Alameda).
Oh muchedumbre
zumbas, bien te escucho.
Y aunque la Torre Santiago Centro
puede caer en cualquier momento
siempre atardece en sus ventanas
el sol muere allí
como en el Bar Unión, traspasa
las botellas de 3/4.
El Centro es pequeño, porque
no decirlo?
(Mas, yo quisiera volver a verla, bajar
al City, pasearme
frente a Falabella.
Pero no.
No está su rostro pegado a las vitrinas
ni en el Waldorf
con sus zapatitos amarillos.
Ya ha pasado la vida;
Doce mil personas por hora en Ahumada
Todo el día las máquinas han tecleado. Escucho
pasos por Alameda
De pantalón gris, peinados para atrás van
los vestones azules que manejan la vida de la ciudad
con su puñado de teléfonos
La Alameda produce efectos divergentes
en mi pobre alma.
Aúlla bajo tierra el Metro
(apretado junto a todos, las estaciones vuelan,
me pregunto: quiero a alguno aquí, a ellos?
Sí, los quiero, me digo:
Son yo mismo con la cabeza gacha).
El Metro aúlla bajo tierra,
yo trabajé entre los aullidos
y aullé también
desde el Café Haití, tiré besos
a las mujeres que pasaban hacia Huérfanos.
Algunos han caído bajo el estruendo
y andan por ahí cesantes y tristes
Con la cara larga.
Pero respecto a los Edificios
Sé que están llenos de vida adentro
son más que una casa abandonada.
Respeto a los Edificios,
piso a piso.
Sin embargo qué sucede en las oficinas
de madrugada me pregunto?.
El paseo Ahumada no me importa
ni las fuentes de agua
El aluminio
(aunque pasé allí una noche acurrucado
bajo el silencioso
cielo del Burger Inn).
No me importan las Galerías que cruzan Agustinas
Dos cuadras más
y todo vuelve a ser Chillán Viejo.
Conciudadano que vas por el Paseo Ahumada
No mires al suelo
Mira al Cielo.
Superpoblado de taxis que balan.
Ruidos de muchedumbre
sobre mi alma
por 24 cuotas es mío un Philips Personal Stereo, y mío
1 1/2 galón de Ballantine Tatung Dynamic.
Julio Iglesias $ 180 Hoy.
un río de suntuarios
el aire olía a muertos
Todos pasaban tiritando
hasta el Chez Henry cerró, y tú
no llegaste.
Desde las barandas parados en el Unicentro
se miraron y se amaron, sus ojos
de juguetes y pasteles.
¿Amor juntémonos en Los Gobelinos a las Siete?
Frente al Il Bosco de noche llueve a cántaros
alguien canta un bolero.
Hay quienes le temen al Centro,
quienes han dejado sus pulmones en el Centro
Mujeres que en plena Plaza de Armas
dejaron su cabeza.
Ay, cómo cuesta Señor atravesar la Alameda a mediodía
Yo sueño con los caserones de Quinta Normal
abriendo puertas,
la uva negra rueda por el tiempo
Caminando por San Diego
entre camisas colgadas
Desde la Bolsa de Comercio al Zeppelín
zona de tristeza.
(Una mañana de milnovecientos sesentaitantos
al finalizar el invierno
Ví a Neruda
En la esquina de San Diego y Alameda
Distraído.
Pasaban los vehículos
Todos caminaban en una batahola infernal
Neruda la cabeza en alto
algo miraba
No sé. Quizás la Torre Entel
El Banco del Estado.
Pero de pronto
sin decirle a nadie
se sacó las manos de los bolsillos
Abrió un hermoso par de alas verdes
y partió por Nataniel
………………………. hacia el Poniente
Después no volví a verlo nunca más).
Yo estuve cuando Santiago llegó hasta Tobalaba
y Gran Avenida fue una hilera de Chalets blancos
en Tiempos de Don Pedro Aguirre.
Alrededor Santiago,
sigue su vida de siempre.
Recoleta con Einstein
De pie en San Pablo con Samuel Izquierdo.
Pasa el lechero,
las peluquerías abren
Todo parece a punto de caer.
El setenta por ciento de las casas son menesterosas
Nunca han sido las murallas estucadas
en Jotabeche
Ni en Cautín con Balmaceda
Piensen en ello.
De pie en la Plaza de Armas
un rumor trae e Mapocho:
golpes lejanos de ánima
velas de mediagua, se oye
La Bandera, Lo Hermida, La Victoria
con su fuego de campamento
Como al principio del mundo.
Gracias animita por el favor concedido.
Dios está al sur
al norte el cerro Blanco
Violeta Parra manzana 26 sitio 7
cae la luna llena.
Escriban conciudadanos, escriban
a las Ultimas Noticias, El Debate, La Tercera
Digan que las bocinas no dejan dormir
a la gente del Centro
Ratones invaden Plaza Egaña
No hay agua, ni servicios
ni grifos en la periferia.
Pésimo olor invade nuestras puertas.
Gracias animita por el favor concedido.
Volver al año 20, volar
sobre Alameda por las calles mojadas
y mamparas.
Vida de San Francisco
Vida de Carmen, Santa Victoria entre los árboles
faroles que no dejarán de alumbrar
fuegos artificiales mueren en los techos
Grajales con Vergara
………………………. Es Nochebuena
(Desde la Elipse del Parque Cousiño
puedo gritar a todo pulmón
lo que se me ocurra).
Aquí estuvo Santiago del Nuevo Extremo, dirán
y el cielo pasó sobre los techos
infinitamente.
El 12 de Julio de 1971 a las once de la noche
empezó a nevar sobre Santiago
Yo esperaba micro en la esquina en Avda. Matta
y Portugal.
La nieve se deslizaba por los rascacielos
caía sobre el zinc de las mediaguas
se metía entre tus piernas blancas.
En tanto yo cantaba:
Lucy in the sky of the diamonds
como si fuera un norteamericano
Después cambió el clima
Los teléfonos públicos se atascaron
Las calles se llenaron de desconocidos.
Oh basurales de Avda. La Feria, purísimas pichangas
escucho. Cielo de las poblaciones.
La micro se detiene, yo bajo
trago potreros
llego al puesto de dulces, doblo
estoy ocho horas allí
Pasa la vida.
Mueren los vacunos Valledor Sur
por tí
Sólo por tí.
Te invito amor a pasear
a la Población José María Caro
al otro lado de la línea cuando quieras
Anoche ví a Pablo de Rockha
esperando el carro 36 entre la niebla
cargado de paquetes.
Conciudadano:
………………. Siéntate en Cienfuegos y Agustinas
mira cómo caen trozos de cemento
desde las farmacias olvidadas
escucha el tranvía cargado de sombreros grises
y mujeres del cuarentaiseis.
La pequeña ciudad en tu alma de viejo.
Ay, pero pobre Conchalí zarrapastrosa
Pobre el Salto
inmensas zonas de pobreza.
Las casas se bambolean cargadas de niños pálidos
Los bares
Los cerros están ahí en silencio.
Sé muy bien que por detrás se puede atravesar el San Cristóbal
Llegar feliz a Vitacura.
(por allí vive Nicanor Parra ahora).
Quizás la vida no esté en las calles
sino dentro de las casas.
Hay ciudades olvidadas arriba del ropero
Carmen 340
Una casa de puerta azul, ventanas
árboles.
Ví a Violeta Parra
echar cerros sobre una mesa de mimbre.
Todo estaba oscuro
la gente en silencio.
Olas de trigo maduro
dentro de la pieza.
Era una meditación
Un vuelo por el continente americano
Ciudades enteras venían a morir a su regazo
¡Qué sucede ahora en esas piezas llenas de fantasmas!
Por allí pasó el mundo muchas veces
puedo asegurarlo.
El mejor sitio de la ciudad es
una estación.
Todos se iran en su tren alguna vez
y para nunca regresar.
Así, nos sentábamos en los tapabarros a fumar
Era 1967
Y desde Il Bosco llegaban cantos y gritos
Pasaban Teillier y Cárdenas
con la cabeza en alto
En la noche de los bares
Después amanecía.
Ahora sólo pido un balcón en Plaza Italia
y miraré el mundo.
Vuela palomas sobre Santiago
Nubes blancas
Tras el Estadio Nacional
Las multitudes tiemblan y sufren
Pobres los que nacieron en un bloque de Departamentos
Cuando la ciudad empezó a extenderse, pobres
sobre las chacras del 51.
Política habitacional de la Caja de Empleados Particulares
Corporación de la Vivienda Urbana. Ley Pereira 18981.
Juan Antonio Ríos
Villa Olímpica
Japón
México
Santa Julia
Eyzaguirre
No se puede jugar al pillarse
ni menos escondidas
en un bloque de departamentos.
Sólo fumar
Fumar, leer el diario parado en las ventanas
tontamente.
* José Ángel Cuevas (1944) es poeta y profesor de filosofía. Pertenece a la llamada Generación del setenta, la del exilio interior. Tras el golpe militar permaneció en el país, publicando casi artesanalmente “Efectos personales y dominios públicos” (1979), “Introducción a Santiago” (1982) y “Canciones rock para chilenos” (1987). Tras el retorno a la democracia, proceso del cual ha sido un importante crítico, «Proyecto de país« (1994) «Poesía de la comisión liquidadora» (1997), «Diario de la ciudad ardiente»(1998), «1973» (2003), «Autobiografía de un ex – tremista» (2009) y «Maquinaria Chile: Y otras escenas de poesía política» (2012), entre otros.
** Las imágenes a color que acompañan este texto provienen del libro «Santiago de Chile» (Editions Delroisse, París). La segunda foto, en blanco y negro, pertenece al libro «Sobrevivir en la población José M. Caro y Lo Hermida» (Schkolnik, M., 1986). La última imagen en blanco y negro pertenece al archivo de Fortín Mapocho.