22/09/2014

Niños de Nueva Dehli

Agostina Di Stefano

Blog | instantáneas

A las nueve y media de la mañana llegamos al jardín y dejo a mi hija con su maestra. Cuando cierro el portón ya los tengo encima: seis niños a mis pies esperando ver la bolsa que cada día les llevo. Algunas veces son sólo unas pocas golosinas, otros días juguetes y últimamente libros para las más grandes. Nacieron en una obra en construcción y se criaron jugando entre montañas de arena, ladrillos y escombros. A medida que van creciendo comienzan a ayudar a cargar bloques y herramientas. Sus padres trabajan todo el día, todos los días, hasta que la obra está terminada, entonces se van todos a otra obra y el ciclo arranca de nuevo. No existe la escuela, no tienen documentos. Viven en ruinas, en futuras casas que serán de otros.

Nueva Dehli - Agostina Di StefanoKima pasa sus días pidiendo limosna a los fieles que visitan el templo. Vive con otros niños que se fueron de sus casas, algunos porque sus familias no podían mantenerlos y los vendieron como esclavos. En algún momento escaparon de su explotador y terminaron acá. La historia de Kima es diferente. Uno de sus familiares se cansó de que se negara a dormir con él y le cortó el cuello. Ella escapó y una vecina la ayudó a llegar a un hospital. Gracias a su vecina, Kima se salvó de la muerte. Hoy vive con sus amigos en las calles de Kalkaji Mandir. 

Nueva Dehli - Agostina Di Stefano Lala tuvo un hijo hace dos semanas. Lo conocí cuando tenía apenas tres días en mi recorrido por la villa de Kotla, en el sur de Delhi. Me pidieron que los fuera a ver porque el bebé se estaba muriendo. Ella no probaba alimento desde la noche del parto. Al no tener fuerza para ganarse las pocas rupias diarias, no conseguía suficiente para alimentar a los siete hijos. Les llevé comida y se recuperaron. Hoy el bebé está mejor, aunque no es seguro que sobreviva, por eso todavía no tiene nombre.

Nueva Dehli - Agostina Di Stefano Vikram vende globos en el mercado de Kotla. Tiene su esquina y sus clientes. Gana menos de un dólar por día y trabaja toda la tarde, luego de la escuela. Enfrente a su parada, a eso de las cinco de la tarde, un conductor de rickshaw estaciona para descansar y tomar chai. El conductor deja a Vikram subirse y jugar un rato mientras él charla con los vecinos y juega un partido de ludo. Son unos veinte minutos donde la verdulera cuida los globos de Vikram, el conductor descansa y él puede ser niño y jugar sin tener que pensar en ofrecer globos y lidiar con el regateo de los clientes.

Nueva Dehli - Agostina Di Stefano Este es uno de los niños sin nombre. Trabaja haciendo malabares en la avenida que me lleva a mi barrio, Defence Colony. Es uno de los diez o doce que trabajan en la zona regenteados por un hombre que los vigila desde la esquina. Él es un número: uno de los más de cien mil niños huérfanos que viven en las calles de Delhi, víctimas de todo tipo de explotación y abuso. No hablan con nadie, no responden preguntas. Mientras él trabaja, un niño más o menos de la misma edad lo mira desde el vidrio cerrado del auto. Dos realidades tan distintas.

Nueva Dehli - Agostina Di StefanoJyoti es la menor de cuatro hermanas. Su madre escapó de su pueblo cuando ella era apenas una recién nacida. Como era la cuarta hija mujer, esta vez no iba a poder con la presión de la familia: tenía que matarla. En estados cerrados como Haryana, al norte de Delhi, cuando una mujer sólo pare hijas es expulsada de la familia. Para evitarlo, muchas se ven obligadas a envenenar a sus bebés cuando apenas tienen unas horas de vida. La madre de Jyoti se fue una noche con sus tres hijas mayores y la recién nacida. Hoy viven en Kotla, todas colaboran en la casa, consiguen agua, leña, carbón y ayudan a su madre, quien plancha ropa por una rupia cada prenda.

Nueva Dehli - Agostina Di Stefano

* Agostina Di Stefano, 31 años. Argentina, nacida en Provincia de Buenos Aires. Profesora de inglés, hace trabajo social, vive en India. Instagram: http://instagram.com/bonaerense Blog: http://lavidaconella.wordpress.com