TE: Creo que se puede pensar también en las Islas Margaritas, en Venezuela y probablemente Cartagena de Indias, en Colombia.
DJ: Si, pero fuera de esos contextos volvemos a la cuestión del aumento de la desigualdad. No creo que exista evidencia importante para respaldarlo. Mucha gente asume que la hay. Aparece la hipótesis de que de alguna manera los antiguos sectores económicos eran más reales, que proveían de mejores trabajo. Al menos en el contexto americano, la gente muchas veces tiene una idea romántica acerca del período industrial. “Un hombre podía mantener a su familia”! Y ahora mucha gente percibe un sueldo muy bajo, tienen trabajos temporales, etc. De hecho, existen muchas diferencias entre los distintos lugares. Por ejemplo en Las Vegas los trabajadores se sindicalizaron, los casinos tienen sindicatos y sus trabajadores son bien pagados y pueden desarrollar una carrera. En cambio, en Los Ángeles es distinto, existen muchos trabajos temporales. En Nueva York las mucamas de los hoteles ganan 20 dólares por hora! Entonces, es simplemente diferente.
¿Qué hace esa diferencia? Es lo mismo que sucedía en el periodo industrial; no hay ninguna razón por la cual esas personas no puedan pertenecer a un sindicato y crear el contexto de una relación de negociación. La historia de la industrialización tomó mucho tiempo y las ganancias fueron muy desiguales, la gente se olvida de eso. En gran parte del mundo industrial los trabajadores no estaban sindicalizados, estaban en muy malas condiciones. Es igual que con esta economía, no hay nada inherente a ella que sea peor. Sí podría decirse que hay algo que le es propio y que es mejor. Los trabajos en general menos sucios o peligrosos, como lo eran en la industrialización.
TE: Has visitado Chile en dos ocasiones. Como turista y como investigador del turismo, ¿qué cambios has notado, en caso que hayas notado alguno, en las ciudades consideradas como objeto de consumo desde esa primera vez [2003] hasta ahora?
DJ: Valparaíso se ha deteriorado notoriamente y si continúa en la dirección actual, no se me imagino que pueda seguir siendo atractiva para los turistas. Necesita recibir inversiones, necesita ser limpiada. Se está volviendo un lugar realmente abandonado. Hace cinco años no estaba tan abandonado. Si tomas una cámara, tienen esas líneas de electricidad que recorren las calles… parece como una escena de principios del siglo XX, en tonos sepia, de un típico barrio céntrico norteamericano. Un lugar rudo, sucio, lleno de cables… No es que haya retrocedido sino que no ha hecho ningún cambio. Ciertamente no se siente como una ciudad turística y no tiene ninguna de las características de una.
TE: ¿Y Santiago?
DJ: La infraestructura ha mejorado considerablemente. Como el camino al aeropuerto, eso está completamente diferente. Los estacionamientos en Providencia no creo que hayan existido. Eso es lo que más se nota. El nuevo centro, recién estuve ahí, surgió en un muy corto tiempo.
TE: ¿El nuevo centro?
DJ: El barrio El Bosque. Ese es un espacio globalizado en Santiago. Es un área muy prometedora, también para el turismo. No creo que Santiago haya reconocido el valor de esta zona, pues se enfocan sólo en el casco histórico. En cambio, se debieran reenfocar de la misma manera en el “nuevo centro” como un espacio globalizado donde las personas que son viajeros internacionales puedan sentirse cómodos y en casa, y entonces se queden por más tiempo. Donde existan restaurantes de alto perfil o potencialmente en el futuro.Eso es nuevo.
¿Qué mas? Santiago simplemente parece más próspero. Sin embargo, no tiene ningún tipo de imagen. Ninguna imagen para que la gente lo visite. Y una vez que estás aquí, no hay mucha ayuda para poder descubrirlo. Entonces, es casi como si dijeran “¡no queremos turistas! Si vienes, bien, somos amigables, pero no queremos mucha gente”. Eso es lo que he sentido en esta última visita.
TE: ¿Y no crees que es suficiente con tener una imagen de ciudad que se vuelca sobre los lugares de interés que puedan existir en los alrededores de la ciudad?
DJ: No, tienes que juntarlos en una misma imagen con la política de infraestructura. Tienen que definir cuál es la imagen que quieren proyectar, no puede ser dejada al azar. Y las imágenes son un proceso político local, las personas deben determinar la interpretación de la ciudad. La campaña bajo el slogan “I love NY” luego de la crisis de los años 80, fue un tremendo trabajo de difusión política para reinventar la imagen de Nueva York. Bajo el mandato de Giuliani se logra una ciudad más limpia, con menos crimen, se invierte en Time square. Ha sido recreada como una ciudad con una imagen muy distinta y por supuesto que las políticas deben seguirla. Entonces las prioridades de la ciudad llaman a las políticas. Santiago, como dije, no tiene imagen, entonces no tiene políticas asociadas. Tienes que tener una imagen y un proceso por el cuál se produzca y se acuerde. Y eso naturalmente va a determinar a qué lugar deben ir las inversiones o qué se debe hacer para transformar la ciudad en esa imagen.
TE: Bueno, acerca de ese mismo punto, déjame hacerte una última pregunta ¿Cuál crees que es la imagen que Santiago podría construir o hacia dónde crees que se está dirigiendo?
Primero, creo que Santiago puede estar incapacitado por el hecho de estar dividido en municipalidades. Me parece que es más difícil conseguir consistencia en las políticas de la ciudad como un todo, aunque estén las políticas de infraestructura y otras. La pregunta es ¿pueden hacerse políticas diferentes, más suaves que las de infraestructura? Y ahí está la decisión sobre cuál será la interpretación de la ciudad como un lugar, y luego sobre qué políticas serán necesarias para alcanzar esa imagen. Actualmente, ese no es un proceso que se esté dando. Aquí es dónde el modelo americano puede ayudar de alguna manera a las ciudades. La gente siempre destaca los aspectos negativos del modelo americano, que significa que las ciudades sólo pueden contar con sus propios recursos y que por lo tanto deben luchar, algunas veces teniendo éxito, otras no. Lo que sí hace este modelo es que fuerza a las elites y a otras personas de la población a pensar acerca de estas cosas, pues si no lo hacen están perdidos y la ciudad decaerá para siempre.
En el contexto de Santiago, no están tan forzados a lidiar con estos asuntos de manera que pueden seguir viviendo en el pasado. ¿Que se necesitaría para forzar el asunto? Probablemente, se me ocurre que tiene que ser más una decisión de desarrollo a nivel nacional que local; dónde el mandato sea “queremos que Santiago sea una ciudad líder globalizada y el desarrollo del turismo será una de las maneras de lograrlo”. Junto con esto, se debe conseguir que la gente lo entienda. Que los ministros y otras personas digan “OK, ¿qué hacemos para hacerla una ciudad global?” y hacerla “vivible” es un componente necesario. Es difícil y no puede ser sólo local, como en Estados Unidos. Pero bueno, aquí estoy en un terreno arenoso ya que no sé mucho. Así es como lo percibo. A veces la necesidad es fuente de creatividad.
TE: Muchas gracias, fue un placer.
DJ: El placer fue mío.
Esta entrevista fue publicada originalmente en el número 8 de nuestra revista, en el verano de 2008. URL: [http://www.bifurcaciones.cl/008/Judd.htm].
Dennis Judd, es Profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Illinois, obtiene su titulo de Doctor en Ciencias Políticas en dicha universidad en 1972. Es reconocido su trabajo en la investigación de las relaciones entre ciudad y turismo. Autor de numerosas publicaciones entre las cuales se cuentan The Boer War, 1977, Empire: The British Imperial Experience from 1765 to the Present , 1996 y A Traveller’s History of Germany, con Robert Cole, 2004.
La entrevista fue realizada por Tomás Errázuriz, licenciado en Historia y Doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos, ambos por la Universidad Católica de Chile. Por años fue el editor de la colección reserva de nuestra revista.