31/07/2013

Reducto comanche en Santiago/

Un parque temático en el Santiago de 1973

Revista VEA

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Ya no es un pueblo muerto. Nuevamente su calle principal, saturada con la música alegre que sale del “Saloon”, está llena de gente, especialmente de niños. El “Far West”, que funcionó durante tres años y que fue rematado el 12 de noviembre de 1972, abrió sus puertas al público otra vez el 24 de diciembre, y comenzó una nueva vida.

Esta vez las perspectivas son auspiciosas. El dueño de ese centro de entretención de Las Condes, Rodolfo Jenschke, ha puesto en práctica ideas verdaderamente revolucionarias y está madurando otras que seguramente sorprenderán a los asistentes.

Aparte de los ya conocidos shows con robos del banco y espectaculares peleas entre “buscarrecompensas” y bandidos, en el nuevo “Far West” se presenta una ceremonia india, en la cual participan los niños. Los pequeños pueden pintarrajearse el rostro, bailar alrededor de una fogata y, además de la alegría de vivir algunos momentos entre los “pieles rojas”, recibir premios.

En el canal El Bollo, que atraviesa el recinto y baja hacia La Reina, chicos y grandes pueden tripular canoas indias, en un viaje verdaderamente encantador. Más allá, al fondo de ese pueblo de fantasía, el tren del Oeste serpentea por los cerros, para ser “asaltado” por los comanches en un recodo. Los salvajes suben a los vagones y obligan a los pasajeros, cuchillos en mano, a cantar y entregar un cigarrillo por cabeza para salvar sus cabelleras y sus vidas.

En otro “barrio” del pueblo se instalaron camas elásticas, que hacen las delicias de los niños, siempre amantes de las cabriolas. Otros se deslizan por el tobogán gigante, mientras los más pequeños son paseados por sus padres en caballitos ponies o en atractivas calesitas. No faltan los que insisten en probar su puntería disparando flechas (desde el 1 de marzo habrá oportunidad de lanzarlas con ballestas)

Rodolfo Jenschke, el propietario, se propone construir una mina que en vez de metal dará turrón a los niños-mineros. Además, formará una brigada de indios-guías, integrada por alumnos del Colegio Salesianos, los que de esa manera reunirán fondos para sus viajes de estudio.

En el “Far West” no se paga entrada los días de semana (de 18 a 22 horas). Los sábados, el boleto cuesta 30 escudos, y las actividades comienzan a las 14 horas. Los domingos, se abre en la mañana, y el primer show con puñetes y balazos comienza a las 13 horas.

 

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Referencias Bibliográficas

* Tomado de Revista VEA, 25 de Enero de 1973.

** Tanto el título como el cuerpo del texto fueron mantenidos tal como en su publicación original, lo mismo que las imágenes que acompañan la nota.