A partir de una casualidad, encontrar una serie de tres imágenes en el Persa Bio Bio, di con una de las dimensiones urbanas de la producción minera de finales del siglo XIX y principios del XX en Chile: las grandes exhibiciones agrícola-minero-industriales. Si, todo en uno. La minería del norte dislocada en la capital.
Intrigado primero por la estética de las imágenes -cercanas a las postales de la opulencia de Sub Terra de Baldomero Lillo (1904), o de la fiebre petrolera del sur de los Estados Unidos retratada por P.T. Anderson y Daniel Day Lewis en There will be blood (2007)-, y luego por la arquitectura provisional montada temporalmente en algún parque urbano, comencé a preguntar a distintas personas.
No tengo certeza aún de donde fueron tomadas estas fotografías, el único registro que ellas tienen dice Exposición de animales, 1925. Sin embargo existe un antecedente que no puede ser omitido; este espacio hace parte de una lógica comercial y publicitaria, pero principalmente de circulación del capital, instalada desde el siglo XIX a través de exposiciones universales y ferias mundiales. Con una impronta urbana, muchas de ellas dejaron imponentes inmuebles, como el Palacio de Cristal de Londres (1851), la Torre Eiffel en París (1889), o la transformación de Chicago desplegada por Olmsted y Burnham (1893). Latinoamerica no estuvo ajena a esta tendencia, sumándose como participantes en las ferias que se desarrollaban en Europa o los Estados Unidos, o constituyéndose como organizadores (como las de Lima en 1872, Santiago 1875, Buenos Aires en 1883 o Ciudad de Guatemala en 1897)
Intentando averiguar más sobre las imágenes contacté a Pia Montealegre, investigadora sobre la historia política de los parques urbanos capitalinos. El origen de esta Exposición de animales se remite a 1869, cuando la Sociedad Nacional de Agricultura realiza su primera versión. Como una exhibición agrícola, ganadera e industrial, la asociación salitre-agricultura era, en sus palabras, un modelo de organización win-win, en el que los salitreros promocionaban su abono (salitre potásico) y los industriales proyectaban la modernización agrícola como promesa de desarrollo nacional.
La Exposición de animales se estableció en el calendario anual, tomando como sede principal la Quinta Normal de Agricultura, ubicada en el sector centro-poniente de la capital. La arquitectura diseñada para la exposición -a diferencia de la grandilocuencia de algunos edificios construidos para exhibiciones internacionales en Chile, como el caso del edificio que hoy alberga al Museo de Historia Natural (1875)- era de pabellones utilitarios, desmontables para ser ensamblados en otro lugar. Como dice Montealegre, planchas de calamina nuevas y perfilería de acero de fabricación estándar que podrían haber sido instaladas después en cualquier parque de provincia, como por ejemplo en Lota.
No hay certeza aún que las imágenes sean de la Quinta Normal. Lo que si sabemos es que el salitre dejó de traer prosperidad. La crisis de 1929 y la invención del salitre sintético sólo fueron el tiro de gracia. La prosperidad anunciada en 1925, vista hoy, parece ser sólo manotazos de ahogado.
* Agradezco a Pía Montealegre por sus comentarios. Para conocer más sobre parques urbanos y el proceso de modernización de Santiago en el cambio de siglo, pueden visitar su sitio web (http://piamontealegre.blogspot.com/), que funciona como archivo abierto de ideas y reflexiones sobre el periodo.