28/03/2013

The Americans (1959)

Marina Solomonoff

Blog | reseñas

El espejo deformador

Juguemos a que existe alguna manera
de atravesar el espejo; juguemos a que el cristal
se hace blando como si fuera una gasa
de forma que pudiéramos pasar a través.
Al otro lado del espejo y lo que Alicia encontró allí.
Lewis Carroll

 

Esa loca sensación en América cuando el sol calienta las calles y la música sale del jukebox o de un funeral cercano, eso es lo que Robert Frank a capturado en tremendas fotografías sacadas mientras viajaba por carretera alrededor de casi 48 estados en un viejo coche usado (becado por la Guggenheim) y con la agilidad, el misterio, el genio, la tristeza y el extraño secreto de una sombra ha fotografiado escenas que nunca antes habían sido vistas en película.1

Así comienza el prólogo que Jack Kerouac, el célebre escritor de la generación beat, escribió para la edición americana de The Americans en 1959. Robert Frank, fotógrafo suizo de familia judía, se muda a New York en 1947 y entre los años 1955-56 recorre Estados Unidos tomando las fotografías para el proyecto del libro “The Americans” que fue publicado primero en Francia en 1958 debido a las críticas que recibió en Norteamérica.

Tal como describe Kerouac en el prólogo, eran escenas muy alejadas de la fotografía del momento. Como si se tratase de una técnica situacionista, Frank sale a la ruta con su Ford usado a recopilar escenas de la vida urbana americana con una actitud espontánea que le da a su fotografía una notable capacidad de retratar la esencia. Robert Frank, suizo, discreto, agradable, con su pequeña cámara que saca y dispara con una mano y extrae el poema triste desde América hasta la película, haciéndose un sitio entre los poetas trágicos del mundo. 1

the_americans-cover

El registro fotográfico

A comienzos del siglo XX aparece la denominada Straight Photography (fotografía directa) basada en la perfección de la técnica como símbolo de modernidad y progreso. En EEUU, el grupo F/64 promueve la fotografía directa orientada al cuidado de la luz, el detalle, la nitidez y la profundidad de campo como herramientas para reproducir la realidad.

Por otra parte, en 1938 se funda la asociación de obreros fotógrafos Photo League, que defendía el uso de la fotografía como instrumento para el cambio social. Uno de los pioneros de esta tendencia –antes de que se fundase siquiera como colectivo- fue Jacob Riis, quien retrató la indigencia en la ciudad de New York a fines de siglo XIX. En los años ´50, la asociación fue disuelta por el senador McCarthy por estar sospechada de actividades comunistas.

El antecedente más cercano al trabajo de Frank para The Americans fue su participación en la exhibición La Familia del Hombre montada en 1955 por Edward Steichen, director del departamento de fotografía del Museo de Arte Moderno de Nueva York. La muestra estaba dedicada a los valores de Norteamérica, el culto a la tierra, al trabajo, a dios y la familia. Para la mayor parte de los críticos de arte de la época, la fotografía es un recurso descriptivo y técnico, incapaz de operar la transformación de la realidad. Se destacaba una visión romántica de la realidad reforzado con una valoración de la excelencia técnica.

La mirada de Frank en The Americans resulta cínica sin una aparente preocupación por las reglas y leyes de composición, lo que le otorga una fuerte expresividad a su trabajo. El foco está puesto en los márgenes, la gente común, lo cotidiano observado por alguien extraño y ajeno. En muchos casos las fotos parecen decir más del observador que del sujeto.

 

La captura del instante

Nuestro único momento de creación
Es ese 1/12 segundo que tarda el obturador en dispararse.
Henri Cartier Bresson.

Dado que el tiempo es la esencia de la pureza del discurso, el lenguaje es un libre fluir de la mente en secretas ideas-palabras personales, un expresar como lo hacen los músicos del jazz, el objeto de la imagen. 2 Asi como a Jack Kerouac se le atribuye una técnica literaria basada en la prosa espontánea, a los músicos de jazz la improvisación y el instinto para seguir la música, Frank llevó a las imágenes el valor de lo espontáneo y la eficacia del instante.

Sus fotos son momentos capturados de manera improvisada, casi azarosa; son las escenas de las cosas no planificadas: un accidente de auto en una ruta de Arizona, la bandera tapando la cara de un curioso en un desfile. Algo similar a lo que describe Débord respecto a la cotidianeidad: la vida de un hombre es un cúmulo de situaciones fortuitas, y si ninguna de ellas es similar a otra, al menos estas situaciones son, en la inmensa mayoría, tan indiferenciadas y sin brillo que dan perfectamente la impresión de similitud.3

Durante su viaje, Frank recopiló 27.000 imágenes de las cuales 1.000 llegaron a ser impresas y luego de un arduo trabajo de edición quedaron 83 para el libro. Son fotografías en blanco y negro con su título y el lugar donde fueron tomadas, dispuestas sin un orden temático ni geográfico. Si bien los títulos indican la ciudad, en la mayoría de los casos no se reconocen edificios simbólicos o íconos espaciales -son las escenas y sus personajes los que en gran parte dan indicio de las diferentes regiones del país.

La tapa del libro es una de las fotos tomada en New Orleans donde se ve el lateral de un tranvía y cinco ventanillas con gente en cada una mirando hacia afuera, donde está ubicada la cámara. Por encima de la foto, en letras negras se lee The Americans. Uno se pregunta si para Frank esos personajes comunes y sus paisajes son los que representan al país y su cultura o si lo que quiere expresar es que ellos también forman parte de la identidad nacional. Casi como una reivindicación de estos personajes: de las  mujeres, los viejos y los obreros. Entonces, ¿quiénes y qué elementos representan lo local?

 

EEUU en la década de 1950

(What Did I do to be so) Black and Blue.

Louis Armstrong

 

Frank vive en los Estados Unidos de la posguerra, el baby boom, la Guerra Fría y la segregación racial que dio origen a los Movimientos por los Derechos Civiles. El fotógrafo cuenta en una entrevista: Viajé por todo el país y cada cosa que veía me sorprendía…Yo no era una persona sofisticada, pero sabía que era un fotógrafo…Me guiaba la intuición. Había gente que era absolutamente nueva para mí. Por ejemplo, la gente de color. 4 En The Americans, la segregación racial es marcadamente geográfica: los escenarios de las fotos con gente negra son principalmente los estados del sur: Alabama, Georgia, Mississippi y Lousiana. El contraste fotográfico propio de la técnica blanco-negro le otorga a la mirada del fotógrafo un medio contundente para expresar el contraste social.

La población de raza negra que llamó la atención de Frank fueron el chofer de una carroza fúnebre, la niñera de un blanquísimo bebé y los obreros de una fábrica de Detroit, donde la línea de producción divide las filas de obreros blancos y negros.

 

Charleston, Carolina del Sur

Charleston, Carolina del Sur

La certeza de estar solo y de ser diferente a los demás 4

La extrañeza y la soledad son dos temas que aparecen en las fotografías con una fuerza y sutileza admirables. Jack Kerouac declara en el prólogo que la más solitaria de las fotos son los urinales que las mujeres nunca ven: el lustrador en una eterna tristeza. 1 Frank utiliza la posibilidad técnica del lente para invertir la escena y destacar a los personajes secundarios, excluidos. El foco está puesto en los personajes cotidianos, los que pasan inadvertidos: la ascensorista, el público detrás de la estrella de Hollywood, la chica que trabaja en una cafetería. Y digo: Esa pequeña y solitaria ascensorista  mirando hacia arriba, suspirando en un ascensor lleno de demonios fuera de foco, cuál es su nombre y su dirección? Esa pregunta con la que Kerouac cierra su prólogo sintetiza la experiencia emocional que The Americans provoca en el observador.

Ascensor, Miami

Ascensor, Miami

Si al contacto constantemente externo con innumerables personas debieran responder tantas reacciones internas como en la pequeña ciudad, en la que se conoce a todo el mundo con el que uno se tropieza y se tiene una relación positiva con cada uno, entonces uno se atomizaría internamente por completo y caería en una constitución anímica completamente inimaginable. En parte esta circunstancia psicológica, en parte el derecho a la desconfianza que tenemos frente a los elementos de la vida de la gran ciudad que nos rozan ligeramente en efímero contacto, nos obligan a esta reserva, a consecuencia de la cual a menudo ni siquiera conocemos de vista a vecinos de años y que tan a menudo nos hace parecer a los ojos de los habitantes de las ciudades pequeñas como fríos y sin sentimientos.5 Para Simmel, el hombre metropolitano desarrolla una actitud de indiferencia para protegerse de los estímulos constantes del mundo exterior. El lente de Frank en The Americans reacciona ante esos estímulos y capta las emociones más profundas de los personajes urbanos.

La tristeza de la empleada de una cafetería en Hollywood, la actitud desafiante de los homosexuales en New York, la melancolía del hombre que come solo en San Francisco, la desesperanza de la familia en el auto en Montana. La mirada de Frank revela un mundo externo en muchos casos desesperanzador, angustiante y ajeno.

 

Interiores y exteriores

Los bares y cafeterías son escenarios muy recurrentes de las fotos de Frank. Aparecen como espacios sin tiempo donde se repiten, en distintos lugares del país, silenciosas máquinas de discos. Después de ver estas fotos uno termina sin saber si un jukebox (máquina de discos) es más triste que un ataúd. 1La máquina de discos con un hombre encorvado sobre ella en un oscuro bar de Las Vegas donde se filtra la luz del día o un grupo de chicos sentados alrededor de otra en un Candy Store en New York. Casi con la misma composición que la línea de producción en la fábrica de Detroit, se observa la barra de un drugstore de la misma ciudad con gente comiendo a lo largo.

Autómata, Edward Hopper

Autómata, Edward Hopper

La soledad de estos lugares también se siente en la silla en un café con el sol filtrándose de la ventana para envolver la silla en un halo sagrado que nunca pensé que podría ser capturado por una película y mucho menos descrito enteramente con palabras en su hermosura visual. 1La mirada perdida de la chica que atiende en el Ranch Market de Hollywood debajo de un sonriente cartel navideño también habla de esa soledad interna que prevalece en la vida pública.

Uno imagina al fotógrafo caminando por la ciudad registrando con su cámara las escenas urbanas. Como decía De Certeau desde el último piso del World Trade Center, es abajo, a partir del punto donde termina la visibilidad, donde viven los practicantes ordinarios de la ciudad. 6 El espíritu contenido en esta frase está presente en las escenas cotidianas vueltas especiales en la mirada del fotógrafo. Así, el gesto del policía y su mujer cruzando la calle en Savannah, la gente que camina en Canal Street en New Orleans, o la pose de la pareja en primer plano en Chattanooga, se vuelven atractivas al lente, enmarcadas y puestas en valor.

En otros casos, Frank hace un registro de sus personajes marginales: el hombre durmiendo en un parque de Ohio , el cowboy, descontextualizado, fumando en la puerta del Madison Square Garden de New York, el grupo de viejos estáticos sentados en un banco de Florida con un auto pasando de fondo. El gesto es el mismo: destacar lo que cotidianamente parece omitido, anónimo, o en algunos casos, oscuro, peligroso o violento.

Ranch Market, Hollywood

Ranch Market, Hollywood

 

Tres devociones (Dios, la patria y el automóvil) y un cierre

En las escasas fotos en las que se hace referencia a lo divino, la religión aparece como algo ajeno al mundo urbano. Hay un grupo de judíos de espaldas celebrando Yom Kippur en el East River de New York, un cura negro vestido completamente de blanco arrodillado a orillas del río Mississipi, un viejo testigo de Jehová en las calles de Los Angeles repartiendo volantes con la palabra “Awake!” (despierta!) y dos leyendas en la parte de atrás de un auto: Cristo murió por nuestros pecados y Cristo vino a salvar pecadores.

The Americans refleja el sentimiento patriótico con el uso de la composición para poner en primer plano la bandera americana en un desfile en New Yersey y en un festejo por el 4 de julio en las afueras de New York. Lo mismo cuando ubica la mirada del espectador en un plano inferior para observar a un político eufórico en su political rally de Chicago. En otra imagen se ven a lo alto dos cuadros con la figura de Lincoln y Washington a cada lado de una bandera en un bar en Detroit.

En el registro de Frank, el auto es un referente claro de la cultura urbana americana. Además de las escenas referidas a la industria automotriz de Detroit (Frank visitó la Planta de Ford River Rouge), hay escenas de autocines, así como de familias refugiadas en sus autos, un grupo de parejas besándose junto a sus autos en un parque en Michigan y los enormes surtidores de gasolina parados en New Mexico bajo el gran cartel que dice “save”.

Desfile, Nueva Jersey

Desfile, Nueva Jersey

Las escenas urbanas en The Americans no son extraordinarias por su excepcionalidad sino todo lo contrario, son escenas comunes mostradas de un modo excepcional donde se destaca la mirada del observador para descifrar la sutileza de la imagen. Las ochenta y tres fotos, en una primera pasada, pueden resultar inconexas, como una suma de partes. Hay fotos verticales y horizontales, fotos más contrastadas, fotos con distinto grano en la imagen, diferentes composiciones, fotos sin gente, etc. Sin embargo, como si fuese una road movie, se termina recorriendo el viaje por The Americans a través de instantes que tienen un factor común: la sensibilidad para rescatar esos personajes que parecen ajenos al sistema urbano.

Puestas en un marco situacionista, estas fotografías parecerían ser la construcción concreta de ambientes momentáneos de la vida y su transformación en una calidad pasional superior…una intervención ordenada sobre los factores complejos de dos grandes componentes en una perpetua interacción: el marco material de la vida; los comportamientos que entraña y que lo desordenan (Debord, 2005). El uso de la fotografía como registro es el marco material de la mirada sobre las prácticas urbanas. El desorden lo marca el lenguaje fotográfico aparentemente alejado de las reglas clásicas de composición y uso de la técnica. Lo que entraña son los personajes olvidados, aparentemente menos representativos, quienes dan forma y contenido a la vida cotidiana de las ciudades norteamericanas.

 

Ficha Técnica

Título original: The Americans
Primera edición: “Les américains”, 1958, Francia, Robert Delpire.
The Americans. 1959, EEUU, Edición Grove Press
Fotografías de Robert Frank
Introducción de Jack Kerouac (1959)

 

* Marina Solomonoff es arquitecta de la Universidad de Buenos Aires y Magister en Economía Urbana por la Universidad Torcuato Di Tella.

[1] Frank, Robert. (2008.) The Americans. Göttingen. Steidl.

[2] Kerouac, Jack. (1958). Los subterráneos. Barcelona. Editorial Anagrama, edición compactos abril 2004. Prólogo.

[3] Debord, Guy. (2005). “Informe sobre la construcción de situaciones y sobre las condiciones de la organización y la acción de la tendencia situacionista internacional”. En bifurcaciones revista de estudios culturales urbanos, núm. 5. www.bifurcaciones.cl

[4] Merle, Daniel. (28/08/2007). Memorias de un poeta triste. Entrevista a Robert Frank. Buenos Aires. Revista ADN, La Nación.

[5] Simmel, Georg (1986). “Las grandes urbes y la vida del espíritu” capítulo de  El individuo y la libertad. Barcelona. Ensayos de crítica de la cultura.

[6] De Certeau, Michel. (2008). “Andar la ciudad”. En bifurcaciones revista de estudios culturales urbanos, núm. 7. www.bifurcaciones.cl