04/11/2013

Yo también tengo una historia sobre Lou Reed

Leonard Nevarez

Blog | columnas

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Hoe Ave. at E. 172nd St., South Bronx. Camilo José Vergara, 1970

Vamos de regreso a casa con mi hija de 7 años, después de su clase de gimnasia, y escuchamos la radio del auto. Suena “Gorilla”, de Bruno Mars, y me aprovecho de la confusa irritación que ella expresó la última vez que escuchamos esta oda al sexo intoxicado (“¿Por qué está cantando sobre gorilas”?), para cambiar la radio. Hace poco descubrí que no soy muy bueno como sociólogo explicándoles los hechos de la vida a mi hija y a su hermano menor; no porque quiera proteger aún más a mis hijos de las realidades adultas, sino porque carezco de un sentido más sutil para saber cuándo no seguir adelante si algún tema no ofrece una conclusión ordenada, sin que resulte en la posibilidad de ansiedades infantiles y noches insomnes.

Sintonizo WDST. “Hey, ésta es una gran canción”, le digo mientras le subo el volumen a “Midnight Rider” de los Allman Brothers. “Papá, no vayas por ahí”, me ordena mi hija desde el asiento trasero. “Bueno. A veces, cuando está oscuro, es mejor no manejar por ese camino boscoso y con viento. No quiero que se nos aparezca por sorpresa un ciervo. Yendo por aquí, hay mucha mejor visibilidad”, explico, ofreciendo consejos de conducción que nadie me ha pedido, con ocho años de anticipación.

Estamos a cuatro minutos de casa cuando suena “Dirty Boulevard”, de Lou Reed. Oh oh, pienso, creo que me voy a emocionar. Guardo silencio, escuchando esos sencillos tres acordes de guitarra enmarcar la historia de Pedro, viviendo afuera del Hotel Wilshire:

He looks out a window without glass / And the walls are made of cardboard, newspapers on his feet / And his father beats him ’cause he’s too tired to beg

Mirando por una ventana sin vidrios / Y las paredes están hechas de cartón, diarios en sus pies / Y su padre lo golpea porque está demasiado cansado para pedir

Empiezo a darme cuenta que estas letras pueden ser más difíciles de explicar a mi hija que el cuerpo lleno de licor de Bruno Mars, pero estoy demasiado concentrado en la historia de Pedro acabando en el bulevar sucio, demasiado ocupado tratando de no lagrimear, de no hacer nada excepto seguir escuchando.

Outside it’s a bright night / There’s an opera at Lincoln Center / Movie stars arrive by limousine / The klieg lights shoot up over the skyline of Manhattan / But the lights are out on the mean streets

Es una noche clara / Hay una ópera en el Lincoln Center / Las estrellas de cine llegan en limosina / Los reflectores iluminan el cielo de Manhattan / Pero las luces están apagadas en las calles peligrosas

“Papá, ¿de qué tráfico está hablando?”. Ahogándome de manera inaudible: “Está hablando del tráfico en Manhattan. La canción se trata de cómo Nueva York puede ser un lugar muy difícil”, digo, entrando al reino de A Punto de Decir Demasiado. “No es tan linda para todos como lo es para la Abuela o el Abuelo”.

“¿No?”

“No, querida. Es una historia de un niño migrante que vive con sus nueve hermanos y hermanas. Lo pasan muy mal, y él tiene que salir a mendigar en vez de ir a la escuela. ¿Sabes qué significa mendigar?

“No.”

“Significa que tiene que pedirle dinero a la gente. O vender flores para ganarse la vida”.

“¿Qué es un migrante?”

“Es alguien que viene de otro país, quizá porque son muy pobres y éste es el único lugar donde pueden ganarse la vida. Es muy difícil para él, y sólo quiere alejarse volando”.

Fly, fly away

Vuela, vuela lejos

Se acaba la canción y el DJ anuncia en un tono serio que Lou Reed falleció anoche a los 71 años.

“¿Se murió a los 71? ¿No es demasiado pronto para morir?”

“Bueno, es una edad avanzada. El papá de Mamá se murió a esa edad, ¿no?”

“El papá de Mamá se murió a los 71”.

“Sí. Lou tuvo una vida complicada, pero todo salió bien. Terminó siendo un gran artista. Él cambió a la música”.

Mientras entramos al estacionamiento, ella tiene que preguntar: “¿Cómo murió?”

“Oh, querida…”. Snif. “Te lo diré en otro momento. Te quiero”.

 

 

* «Now I have a Lou Reed story”. Publicado originalmente el 28 de octubre de 2013 en el blog Musical Urbanism. http://pages.vassar.edu/musicalurbanism/2013/10/28/a-lou-reed-story/.

** Leonard Nevarez es Doctor en Sociología por la Universidad de California (Santa Barbara) y Académico del Departamento de Sociología en Vassar College, desde 1999. Sus investigaciones discuten el rol de los mercados y la cultura en la transformación de los lugares. Es autor de  Pursuing Quality of Life: From the Affluent Society to the Consumer Society (Routledge, 2011) y New Money, Nice Town: How Capital Works in the New Urban Economy (Routledge, 2003). Sus reflexiones pueden leerse en su blog Musical Urbanism (http://pages.vassar.edu/musicalurbanism/)

*** Traducido por Diego Campos, editor de Bifurcaciones.