Cinco
versus la ciudad
Reflexiones
en torno al discurso antiurbano de Pearl Jam
Carlos Sierralta *
A mis amigos Ronko Buriak
y Gonzalo Huerta,
los conquistadores de ligustrinas
Resumen
En este ensayo se presenta una reflexión sobre las imágenes antiurbanas presentes en las letras de Pearl Jam, planteando algunas interpretaciones sobre las letras escogidas en tanto registros culturales de una época particularmente interesante en la historia de Estados Unidos y de sus ciudades. La hipótesis que guiará este trabajo plantea que gran parte de la crítica de Pearl Jam a la ciudad proviene, por un lado, de su condición de portavoces de la llamada Generación X, mientras que por otro, podríamos encontrar en este discurso elementos atribuibles a corrientes intelectuales como la Ilustración, el Romanticismo o el materialismo marxista. Por tanto, entre ambos polos se situará el análisis.
Palabras clave: Pear Jam, grunge , antiurbanismo, Estados Unidos.
Abstract
This essay presents itself as a reflection about the anti-urban images arising from the lyrics of Pearl Jam. These images raise some interpretations chosen on the basis of cultural records of an epoch particularly interesting in the history of U.S and its cities. The leading hypothesis in this work suggests that an important part of Pearl Jam's criticism to the city comes, on one hand, from their position as spokesmen of the so called X Generation, while on the other, we could find in their discourse some elements ascribable to intellectual currents like the Illustration, the Romanticism or the Marxist Materialism. It is between these poles that the analysis will consequently be situated.
Key words: Pearl Jam, grunge, anti-urbanism, United States
Introducción
La ciudad es a menudo atacada
por sus propios habitantes, muchos de los cuales no dudan en calificarla
de sucia y maloliente, grande y poco amable, caótica y viciosa,
segregada y desigual, alienante y psicótica, mientras se refieren
al campo como antítesis de estos defectos (Capel, 2002). Pareciera ser que
cada vez son más aquellos quienes viven en la ciudad obligados
a ganarse la vida, y que a la más mínima posibilidad huirían
al campo en pos de una existencia más saludable. Esta perspectiva
parece particularmente fuerte en Estados Unidos, toda vez que esta nación
fue conformada originalmente por migrantes que huían del vicio
y pestilencia del decadente Viejo Mundo.
La banda estadounidense de
rock Pearl Jam no escapa de esta tradición norteamericana, que
desde Jefferson y Franklin ha sido crítica con las ciudades (White,
1967). En sus letras es posible encontrar distintas dimensiones de la
crítica antiurbana, como son: (a) la crítica al suburbio;
(b) a la discriminación y desigualdad en la ciudad; (c) a la
ciudad como nodo central del capitalismo alienante; (d) al vicio moral
urbano; y (e) a la contaminación de la gran ciudad.
En este ensayo me propongo
reflexionar sobre las imágenes antiurbanas presentes en las letras
de Pearl Jam, planteando algunas interpretaciones sobre las letras escogidas,
en tanto registros culturales de una época particularmente interesante
en la historia de Estados Unidos y de sus ciudades. La hipótesis
que guiará este trabajo plantea que gran parte de la crítica
de Pearl Jam a la ciudad proviene, por un lado, de su condición
de portavoces de la llamada Generación X, mientras que por otro,
podríamos encontrar en este discurso elementos atribuibles a
corrientes intelectuales como la Ilustración, el Romanticismo
o el materialismo marxista; por tanto, entre ambos polos se situará
el análisis.
Nacida desde las cenizas
de Mother Love Bone, banda de la escena local de Seattle disuelta a
causa de la muerte por sobredosis de su vocalista Andrew Wood, Pearl
Jam se compuso originalmente de Jeff Ament en bajo y Stone Gossard en
guitarra, a los que se sumaban Mike McCready como primera guitarra y
Matt Cameron, baterista de Soundgarden, quien les ayudó en la
grabación de los primeros demos. Fue gracias a Jack
Irons, baterista de Red Hot Chili Peppers, que las cintas llegaron a
manos de un surfista de San Diego, Eddie Vedder, el cual devolvió
las cintas con algunas letras cantadas sobre las pistas. Aquella maqueta
devino en Ten, disco debut que hasta el momento ha vendido más
de 10 millones de copias. Los discos posteriores no han tenido el éxito
de Ten, en parte por ser más experimentales, y en parte
por la actitud contraria a la comercialización que ha asumido
la banda. Sin embargo, Pearl Jam ha vendido en total más de 50
millones de discos, convirtiéndose en una de las bandas de rock
más importante y popular de los ‘90.
Esta condición de
banda seminal del rock de esta década me ha sugerido considerar
a Pearl Jam como clave interpretativa de un sentimiento antiurbano generalizado
en la cultura norteamericana del cambio de siglo, y que se despliega
en tres frentes: en lo moral (escapando a la tradición protestante,
conteniendo incluso elementos discrepantes con el ethos religioso
dominante, como es el rechazo a la codicia urbana), en lo ambiental
(recogiendo la tradición trascendentalista de Emerson y Thoreau,
de la cual la banda es legataria más por su cercanía al
movimiento hippie que por sus consideraciones ecologistas)
y en lo social (respondiendo a un pensamiento de izquierda que expresa
su intolerancia a la injusticia social y la denuncia a la alienación
capitalista). Luego de situar a la banda en un momento peculiar de la
historia de Estados Unidos, examinaré en detalle estas expresiones
de su antiurbanismo, intentando vincular su manifestación contemporánea
a través de un registro estético específico con
las vertientes intelectuales y culturales a partir de las cuales toma
cuerpo.
A fines de la década
de los ‘80 Estados Unidos asistía a la emergencia de un
nuevo fenómeno social. La Generación X (Coupland, 1993)
aparecía en los medios de comunicación con su actitud
melancólica, apática y quejumbrosa, reticente al consumo,
pesimistas en cuanto al futuro laboral y desprovista del acervo valórico
característico de la generación anterior; de ella se dice
que es una generación “sin padres”, producto de las
altas tasas de divorcio que aquejaron a los baby boomers. La
Generación X simboliza un momento de inflexión en un Estados
Unidos que ya deja atrás el terror hacia la URSS y que comienza
a enfrentarse al “enemigo interno”, dentro de casa (Wacquant,
2000). Uno de su rasgos principales es la desconfianza frente a un modelo
económico que reducía crecientemente la oferta laboral
e impulsaba las inversiones off-shore, al tiempo que hacía
evidentes sus costos ambientales. No es gratuita la referencia a la
Generación X como un colectivo “sin infancia”, por
cuanto se trata de aquellos individuos que debieron lidiar con la formación
competitiva y materialista de sus padres, mientras se producían
estos desarreglos institucionales que los dejaban menos protegidos frente
a la vida.
|
"Reality
bites" (Stiller, 1994), film dirigido por Ben Stiller, se convirtió rápidamente en un referente
obligado para la llamada "Generación X" |
Este fenómeno
generacional alcanzó una notoriedad mediática singular
en todo el mundo a través del movimiento grunge 1,
que desde la música interpretaba su inconformismo característico.
Desde la costa noroccidental del país, específicamente
desde Seattle, comienza a bullir un sonido subterráneo de la
mano de bandas como Alice in Chains, Meat Puppets, Melvins, Mudhoney,
Soundgarden, Nirvana y Pearl Jam. Descendientes del criticismo antisistémico
del punk y de la acidez del folk, estas bandas reflejan
la angustia de la época y el desconcierto de un sistema en crisis.
Como corriente musical, significó el quiebre de una década
en que el mainstream estuvo dominado por el pop y el glam
rock, ambos caracterizados por su vacuidad en los contenidos. Parafraseando
a Cobain, líder de Nirvana, la angustia se olía en el
ambiente. En Smells like teen spirit (“huele a espíritu
adolescente”, pero también al famoso desodorante), Cobain
declara lo siguiente:
I’m worse at what
I do best
And for this gift I feel blessed
Soy malo en lo que mejor
hago
Y por este don me siento bendito
A la vez que generalizado
y difuso, este sentimiento angustioso fue dirigido en direcciones específicas,
una de los cuales fue ciertamente la ciudad y la vida contemporánea,
como se verá en las secciones siguientes de este trabajo.
vuelve
al comienzo
La ciudad según
Pearl Jam
El suburbio y sus males
En 1991, en una escuela en
las afueras de Dallas, Texas, un escolar se suicidó frente a
sus compañeros de clase. El hecho ocupó un lugar importante
en las noticieros y periódicos de Estados Unidos, y con la distancia
que otorgan los años, puede decirse que fue el inicio del interés
mediático en la violencia intraescolar, cuyo pináculo
se encuentra en los sucesos acaecidos en Littleton, Colorado (1999),
donde dos estudiantes mataron a una decena de personas e hirieron a
otras tantas.
El suicidio de Jeremy Wade Delle inspiró la creación del
que a la postre fue el primer hit a nivel mundial de Pearl Jam; más
allá de describir el hecho, la letra de Jeremy enfatiza
la soledad y aburrimiento de los adolescentes suburbanos:
At home, drawing pictures
of mountain tops, with him on top
Lemon yellow sun, arms raised in a V
The dead lay in pools of maroon below
Daddy didn't give attention
To the fact that mommy didn't care
King Jeremy the wicked, oh, ruled his world.
En casa, dibujando cumbres,
con él arriba
Un sol amarillo limón, los brazos alzados en V
La caída en seco en charcos marrones abajo
Papá no le prestó atención
Al hecho de que a mamá ni le importaba
El Rey Jeremy, el débil, gobernó su mundo
Si Jeremy fue el
anticipo de lo que vendría, Rival da cuenta en propiedad
de la masacre de Littleton. Ambas canciones nos hablan de un fenómeno
que en Estados Unidos ha aumentado considerablemente: el de la violencia
adolescente al interior de las escuelas, que ha obligado a medidas extremas
de vigilancia de pandillas y de detección de metales al ingreso
a ellas:
All my rivals will see
what I have in store, my gun...
I've been harboring fleets in this reservoir, red sun…
And this nation's about to explode
Mis rivales van a ver lo
que tengo guardado. Mi revólver.
Estuve alojando escuadrones en este depósito. Sol rojo...
Y esta nación está a punto de explotar
Tanto en estos casos como
en el de la canción Daughter, donde una muchacha es
víctima de la violencia –tanto física como la propinada
por su vida mustia- se hace evidente la crítica al suburbio.
Es también patente la distancia generacional entre padres e hijos:
mientras aquellos acusan a los hijos de “vagos”, “irresponsables”
y preocupados sólo de sí mismos, éstos culpan a
los primeros de problemas de los que no se hicieron cargo, como la guerra
o el medio ambiente, además de sentirse abandonados a causa de
los divorcios y la entrada al mercado laboral por parte de las madres:
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Imagen tomada
del video Jeremy |
Alone... listless...breakfast
table in an otherwise empty room
Young girl...violins (violence)...center of her own attention
The mother reads aloud, child, tries to understand it
Tries to make her proud
The shades go down, it's in her head
Painted room...can't deny there's something wrong...
Don't call me daughter, not fit to me
The picture kept will
remind me
Don't call me daughter, not fit to be
The picture kept will remind me
Sola…desatendida…la
tabla del desayuno en un dormitorio de otro modo vacío
La joven chica…violines (violencia)…centro de su propia
atención
La madre lee en voz alta, la chica trata de entenderla, trata de enorgullecerla
Las sombras bajan, están en su cabeza
Un dormitorio pintado, no puede negar que algo está mal…
No me llames hija, no me queda
La foto que guardo me lo recordará
Si bien los problemas de
la adolescencia mencionados podrían ser considerados propios
de lo sociológico o psicológico, es evidente que en ellos
se articula también una fuerte influencia morfológica.
Y es aquí donde radica la clave de la crítica al suburbio,
que no sólo Pearl Jam ha levantado. A partir de los ‘90,
la imagen idílica del suburbio –mostrada profusamente en
cintas de la década de los ‘80 como E.T. o Volver
al futuro II- se desvanecía para mostrar su peor cara, como puede verse en films como Belleza Americana, Las vírgenes suicidas, Bowling
for Columbine y Elephant.
El suburbio es habitualmente
caracterizado como la exaltación del deseo de la propiedad privada
y de la vida hacia dentro, en familia. También es reflejo de
la aspiración de una casa en medio de la Naturaleza, no muy alejada
de la ciudad. Finalmente, significa el anhelo de una vida comunitaria
donde desarrollar una identidad de conjunto y donde estar protegidos.
Sin embargo, es también una muestra de alienación comunitaria,
donde cada hogar es un elemento vuelto y cerrado sobre sí mismo
(Sennett, 1978): al contrario de lo que los utópicos promotores
originales del suburbio habían postulado, la convivencia entre
quienes lo habitan se vuelve crecientemente escasa (Fishman, 1987).
Las grandes distancias recorridas entre el trabajo y la residencia hacen
que los padres paguen un alto costo social del tiempo, refrendado en
una cada vez menor comunicación con sus hijos, mientras éstos
deben viajar tanto o más para ver a los amigos; quienes están
imposibilitados de moverse por sí mismos, como los ancianos y
los niños, sufren del más completo aislamiento.
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Suburbios
norteamericanos. Fuente: National Geographic |
El ideal comunitario del
suburbio, nacido con fines de seguridad y estabilidad político-social,
se revela finalmente inexistente. Sabatini (1999) refuerza este punto
argumentando que este tipo de barrios “representa el paroxismo
de la monotonía, la molécula de la anti-ciudad y el origen
más esencial del empobrecimiento actual de los espacios urbanos
como lugares de encuentro y de integración social”, lo
que queda especialmente de manifiesto en Rival. Sin ir más
lejos, en 1995 la revista Newsweek tituló en portada
“Bye bye American dream”, en relación a la problemática
planteada en este párrafo (Verdú, 1996).
Segregación urbana
e inequidad social
Ligado a la idea precedente,
encontramos una reflexión de perfiles relativamente nítidos
acerca del carácter segregado de la ciudad norteamericana expandida.
El ideal comunitario del suburbio tiene destinatarios exclusivos. A
menudo atado al racismo y el temor étnico, el suburbio deviene
en comunidades cerradas (no confundir con enrejadas), donde “los
otros” (negros, hispanos y asiáticos) no sólo son
excluidos por mecanismos de facto, sino que pasan a ser vistos
solamente a través de los noticiarios, a menudo acusados de delitos.
La huida de las clases medias blancas a causa del temor a otras etnias,
ha acrecentado una desigualdad social expresada territorialmente a través
de la segregación residencial, cuyo impacto refuerza y perpetúa
las inequidades existentes al interior de la ciudad norteamericana.
El empobrecimiento de los centros y su deterioro físico y funcional
amenaza con seguir aumentando las brechas entre los suburbios de predominancia
blanca y otros barrios, como puede verse en los datos del Censo
de 2000. Por ejemplo, la tasa de pobreza en los centros es dos veces
la de los suburbios (18,2% contra 8,6%), y la tasa de desempleo es un
tercio más alta en los centros (8% contra un 5% en los suburbios).
La falta de oportunidades, el cierre de escuelas por sus números
rojos, el crimen subsecuente y la persecución policial y mediática
son elementos que se conjugan para crear los mecanismos de estigmatización
territorial y el confinamiento de los afroamericanos y latinos pobres
en hiperguetos sin salida (Davis, 2001).
En este punto es donde se
revela la crítica a la desigualdad social y racial que realiza
Pearl Jam. En una suerte de diálogo, en White Male American se alterna la historia de un policía blanco con el lamento de
un afroamericano:
He won the lottery when he was born
Took his mothers white breast to his tongue
Trained like dogs, color and smell
Walks by me to get to him
Police man
He won the lottery by being born
Big hand slapped a white male American
Do no wrong, so clean cut...
Dirty his hands, it comes right off
Police man
Police stopped my brother again
Police man
Jesus greets me...looks just like me...
Do no wrong, so clean cut
Dirty his hands, it comes right off
Police man
Police stopped my brother again
Ganó la lotería
cuando nació
Tomó del blanco pecho de su madre, con la lengua
Entrenado como perro, color y olor
Camina conmigo para atraparle
Policía
Ganó la lotería al nacer
la gran manó palmoteó al Hombre Blanco Americano
No está mal, así que limpia el corte...
Sucias sus manos, deja de ser correcto
Policía
La policía detuvo a mi hermano otra vez
Policía
Jesús me saluda... se parece a mi...
No está mal, así que limpia el corte...
Sucias sus manos, deja de ser correcto
La policía detuvo a mi hermano otra vez
Policía
Esta canción está
influenciada por los acontecimientos de 1991, en los que cuatro policías
de Los Angeles propinaron una brutal golpiza al afroamericano Rodney
King, y cuya difusión en video provocó los desórdenes
de origen racial más grandes desde 1965 (Davis, 2001). También
denuncia una anécdota ocurrida a Vedder en el centro de Seattle,
en la que la policía hostigó a dos personas de color que
lo acompañaban, mientras a él no le prestaron atención
por ser blanco. De esta forma, y de manera más general, Pearl
Jam denuncia la discriminación racial del sistema punitivo estadounidense,
en el que los presos de color representan más de la mitad de
la población penal, y sumados a los latinos, componen alrededor
del 70% de ésta. Tal como afirma Wacquant (2001), este sistema
punitivo se hace parte de una secuencia temporal de “peculiares
instituciones” diseñadas para confinar a las personas de
color, entre las cuales se cuentan la esclavitud, el régimen
legal conocido como Jim Crow y el gueto. La crisis de los guetos céntricos
–devenidos en algunos casos en hiperguetos urbanos, como el de
la zona sur de Chicago- constituye la causa del aumento en la encarcelación
de afroamericanos como mecanismo de confinamiento y control racial (Wacquant,
2000). Así, tal como se expresa en White Male American,
no resulta descabellado considerar que en las grandes ciudades norteamericanas
resulte digno de bendición divina nacer blanco.
No sólo es la cuestión
racial la que se hace presente en las letras de la banda. El tema de
la pobreza urbana (que en Estados Unidos llega al 40%, de acuerdo al
último censo) también es motivo de interés, como
se expresa en Even Flow y Let me sleep:
Freezin', rests his
head on a pillow made of concrete, again
Oh, Feelin' maybe he'll see a little better, set a days, ooh yeah
Oh, hand out, faces that he sees time again ain't that familiar, oh
yeah
Oh, dark grin, he can't help, when he's happy looks insane, oh yeah
Helándose, su cabeza
descansa sobre una almohada de cemento, otra vez
Oh, sintiendo que lo verá todo mas claro, dentro de unos días
Oh, mendigando, parece que no ha visto ese momento tan familiar
Oh, su mueca oscura no puede ayudar, cuando se alegra parece un loco
Cold wind blows on the
soles of my feet
Heaven knows nothing of me
I'm lost nowhere to go/flowered winds was where I lived
Thought you burned not froze for your sins
Oh I'm so tired and cold
Oh when I was a kid oh how magic it seemed
Oh please let me sleep it's Christmas time
El viento frío sopla
en la planta de mis pies
El cielo sabe nada de mí
Estoy perdido, sin donde ir
Los vientos floreados eran de donde viví
Pienso que te quemaron, no te congelaron tus pecados
Oh, estoy tan cansado y con frío
Oh cuando era chico cuán mágico me parecía
Oh déjenme dormir, es Navidad
El carácter testimonial
de ambas letras adquiere importancia en un país cuyos índices
de pobreza están aumentando desde la
caída del sistema de bienestar estatal, y donde cerca de
un millón doscientas mil personas viven en la calle. Esta preocupación
trasciende los intereses líricos de la banda, toda vez que ésta
ha realizado numerosos conciertos a beneficio de organizaciones no gubernamentales
preocupadas de los homeless. Aun más, su último
disco en vivo entrega parte de sus recaudaciones a YouthCare, colectivo
que en Seattle se preocupa de recuperar edificios abandonados en el
centro de la ciudad para muchachos que han escapado de casa y que se
encuentran en riesgo social. Al contrario de la crítica común
a la pobreza urbana en la ciudad, referida a la decadencia, la suciedad
y el deterioro, lo que aquí se acusa es la desigualdad y la injusticia
en la distribución de ingresos y oportunidades en el país
más aparentemente desarrollado del planeta.
Desde otra perspectiva, sin
embargo, la “apología” de los homeless puede
interpretarse como una resignificación urbana del mito romántico
del buen salvaje. Si bien éste supone una denuncia contra la
civilización y una defensa de la Naturaleza a través de
la idealización de los pueblos primitivos (Capel, 2001), la abstracción
positiva del indigente constituye una defensa de la simplicidad y la
sencillez distanciadas de la codicia capitalista. Esto se contrapone
de manera evidente con la tradicional crítica protestante del
“vicio de la pobreza”, expresada en la idea calvinista de predestinación para quienes han logrado el éxito tras
una vida de trabajo y ahorro. La desigualdad no sería una situación
reprochable: es fruto de los designios de Dios al elegir quiénes
se salvan y quiénes no (Weber, 2003). Tampoco es reprochable
ser acaudalado, bajo esta misma lógica. La presencia de una fuerte
ética del trabajo, en definitiva, hace mirar la mendicidad y
la vagancia de una manera pecaminosa, por cuanto ser pobre significa
no haberse hecho responsable de su propia existencia, es decir, no haberse
hecho a sí mismo (Verdú, 1996).
vuelve
al comienzo
Campo y ciudad, naturaleza
y cultura
Pearl Jam es asimismo portador
de un discurso contrario a la ética protestante dominante en
Estados Unidos, cual es el rechazo a la acumulación capitalista.
Y en este punto se mezclan corrientes ideológicas que inspiran
el contenido de Grievance, por ejemplo, con el trascendentalismo
romántico de Emerson y Thoreau y con una ideología anticapitalista
que propone formas de resistencia a la opresión y la búsqueda
de maneras de liberarse de la explotación.
|
La
cabaña campestre de Thoreau |
En esta dimensión
podemos encontrar dos claves interpretativas basadas en un punto en
común: la dicotomía campo/ciudad. En primer lugar, en
el ámbito de las consideraciones propiamente urbanas podemos
encontrar la crítica a la ciudad como sede de la confabulación
entre poder político y económico, y la crítica
a la ciudad como lugar de alienación del hombre. En tanto, y
como contraparte lógica y casi mecánica a las anteriores,
las consideraciones relativas al campo formulan una idealización
de éste como dominio de la Naturaleza en estado puro, y una representación
de lo rural como aspiración superior en cuanto a las relaciones
comunitarias (Wirth, 1983).
Pearl Jam da cuenta en una
concepción del poder heredada del anticapitalismo del punk: la
ciudad es centro del poder político y económico, el centro
de la sociedad capitalista desde donde ésta extiende sus tentáculos.
Dicho de otro modo, las ciudades son los nodos de articulación
de las redes de reproducción capitalista global. Esta crítica
radica en la idea de que en los tiempos precapitalistas la propiedad
colectiva de la tierra y de los medios de producción aseguraban
la libertad de las personas. La aparición del capitalismo, con
los derechos de algunos sobre la tenencia de los factores productivos,
movilizó a ingentes cantidades de campesinos expropiados de sus
posesiones a las ciudades y obligados a convertirse en obreros empobrecidos
que son hasta hoy la base del desarrollo capitalista. (Sin embargo,
desde tiempos remotos la ciudad ha recibido a quienes buscaban seguridad
y las oportunidades que el campo no ofrecía.) Para los anticapitalistas,
la ciudad es también la exacerbación máxima de
la propiedad privada mediante la división predial, que garantiza
la posesión de pequeños feudos urbanos a todos quienes
puedan comprarlo.
Como nodo central del Estado
capitalista, la ciudad es el hogar de la maquinaria de burócratas,
policías y fuerzas armadas que aseguran las precondiciones necesarias
para el funcionamiento del capitalismo a través del control político,
consolidado a través de diseños urbanos y artilugios tecnológicos.
En este punto, cabe preguntarse cuánta importancia tuvieron en
el pensamiento político de la banda las protestas contra la reunión
de la Organización Mundial de Comercio en 1999, más conocidas
como la “Batalla de Seattle”, suceso que marca el inicio
de un movimiento global anticapitalista y que ha obligado a los líderes
de las organizaciones nacionales y transnacionales (públicas
y privadas) a realizar sus encuentros en ciudades cada vez más
militarizadas y con una fuerte disminución de las libertades
ciudadanas. Ejemplo de esto son Génova, Davos, y recientemente
Santiago de Chile, que a causa de este tipo de reuniones se han convertido
momentáneamente en verdaderas fortalezas amuralladas e hipervigiladas (Grievance):
Big guy, big eye, watching
me
Have to wonder what it sees
Progress laced with ramifications
Freedom's big plunge
Gran tipo. Gran ojo observándome
Debo preguntarme qué es lo que ve
Progreso, adornado con ramificaciones
La gran nube de la libertad
De acuerdo con las ideas
expresadas a través de esta canción, por medio de la coerción
económica las personas son privadas de su libertad y obligadas
a obedecer, toda vez que no hay otra manera de sobrevivir en el sistema
que trabajando, aún bajo malas condiciones laborales (Bourdieu,
1999). La dependencia tecnológica es también algo que
juega en detrimento de la libertad individual; según la letra
de Grievance, por cada herramienta que se nos presta, se nos
quita independencia. Vedder ha señalado en algunas entrevistas
su temor de que los aparatos de la era digital sean utilizados por los
gobiernos para espiar; el uso de tarjetas de crédito, la telefonía
móvil, las computadoras, incluso las cámaras de vigilancia
y botones de pánico que nos brindan “seguridad” pueden
devenir en elementos coercitivos (Grievance):
Pull the innocent from
a crowd
Raise the sticks then bring them down
If they fail to obey
Oh if they fail to obey
For every tool they lend us
A loss of independence
I pledge my grievance to the flag
Cause you don't give blood then take it back again
Oh we're all deserving something more
Progress, taste it, invest-it-all
Champagne breakfast for everyone
Break the innocent when they're proud
Raise the stakes then bring them down
If they fail to obey
Oh if they fail to obey
Pledge your grievance to the flag
Oh come on, don't give blood then take it back again
Oh we're all deserving something more
Coge un inocente
de la multitud
Levanta esos palos y luego bájalos
Si fracasan al obedecer
Si fracasan al obedecer
Por cada herramienta que nos prestan, una pérdida de independencia
Presento mi agravio a la bandera
Porque no entregas sangre, entonces reclámala
Todos nos merecemos algo más
El progreso, pruébalo, inviértelo todo
Desayuno con champagne para todos
Quiebra a los inocentes cuando se enorgullezcan
Levanta esas estacas y luego bájalas
Si fracasan al obedecer
Si fracasan al obedecer
Pero la ciudad aliena de
varias maneras. De acuerdo a la visión materialista de Marx,
la división del trabajo que posibilita la generación de
las condiciones necesarias para la reproducción del capitalismo
es la causa principal de la alienación del individuo. La división
del trabajo separa al obrero de su obra, al producir éste sólo
una parte del producto final y al estipular implícitamente de
que cada operario no es nada más que un elemento dentro de un
sistema bien engrasado para producir. Las miserias de la ciudad industrial
serían consecuencia directa de las condiciones políticas
y sociales impuestas por el sistema de acumulación capitalista
a favor de la clase burguesa dominante.
Por su parte, Simmel postuló en su Sociología que el hombre de la ciudad debió
crear mecanismos de adaptación para no sucumbir en la tormenta
de impresiones e impulsos que suceden en este entorno. La indiferencia
a lo que pasa a nuestro alrededor sería uno de estos mecanismos,
atrofiando la capacidad de reaccionar a las impresiones e impulsos básicos
que dominan las relaciones en las sociedades más tradicionales.
Insistiendo en esta dirección, Spengler afirmó que la
aparición de la gran metrópoli significaba la decadencia
de la civilización, por cuanto se había perdido el vínculo
espiritual que unía al hombre con las raíces de la espiritualidad:
“El debilitamiento de los vínculos con la tierra ha dado
origen a un nuevo nomadismo urbano de carácter intelectual. En
la metrópoli el hogar se transformó en simple unidad habitacional
creada a partir de una iniciativa económica y con una finalidad
práctica, más que por un sentimiento de arraigo”
(Quiroz, 2003: 28). La idea que subyace en el discurso de ambos autores
es que estamos solos en la multitud de la urbe y mantenemos cierta identidad
en función de nuestro papel predeterminado dentro del sistema
productivo.
Desde otra perspectiva, el
Romanticismo considera la ciudad como maloliente, ruidosa y sucia, y
afirma imperiosamente que se debe escapar de ella, por cuanto no es
un buen lugar para unir el espíritu con la Naturaleza. Tal radicalización
la experimenta en carne propia Thoreau al irse vivir a un prolongado
retiro en los bosques. En una posición menos drástica,
la visión del metafísico norteamericano Emerson proponía
a la Naturaleza como madre de la Razón: “El campo ofrece
un horizonte ininterrumpido, la monotonía de un camino interminable,
de vastas llanuras uniformes y de montañas distantes, la melancolía
de una vegetación continua e infinita; los objetos que hay en
el camino son pocos y sin interés, constantemente la vista es
invitada a volverse hacia el horizonte y las nubes. Es la escuela de
la razón” (White, 1967: 33). Si observamos el siguiente
extracto de ½ full encontraremos una mirada similar
de la Naturaleza y de la escisión entre ésta y el hombre
en la ciudad:
Climbing on a mountain
Floating out on the sea
Far from lights of a city
The elements they speak to me
Whispering that life
Existed long before greed
Balancing the world
On its knee
Escalando una montaña
Flotando en el océano
Lejos de las luces de la ciudad
Los elementos me hablan
Susurrándome que la vida
Es anterior a la codicia
Balanceando el mundo
En sus rodillas
Esta visión idealizada
de lo rural es compartida al menos hasta fines del siglo XIX por la
intelectualidad norteamericana, y es rescatada en los ’60 por
los hippies. La influencia de estos postulados del trascendentalismo
romántico hizo que algunos emprendieran un éxodo hacia
la costa oeste y noroeste de Estados Unidos en busca de su arcadia comunitaria,
con los objetivos de ponerse en contacto con la espiritualidad de la
Naturaleza, trabajando para liberarse de la coerción económica
que prima en las ciudades. Si en la primera parte de Grievance se denuncia el ahogo, la claustrofobia y el miedo que amenazan la libertad
individual, en el final de la canción se plantea una solución
a tal problema: el escape de la ciudad:
I wanna breathe part
of the scene
I wanna taste everyone i see
I wanna run, when I’m up high
I wanna run to the sea
I only want life to be
I just wanna be
I will feel alive as long as I am free
Quiero respirar parte del
aroma
Quiero saborear a todos quienes veo
Quiero correr cuando estoy arriba
Quiero correr hacia el mar
Quiero vida sólo para ser
Sólo quiero ser
Me sentiré vivo tanto como sea libre
Sin embargo, Pearl Jam recae
ingenuamente en un extendido equívoco: no repara en que al interior
de la idealización del campo y de la pequeña comunidad
rural como escenario de convivencia a escala humana se esconde lo que
Harvey denomina la “trampa comunitaria”. De acuerdo con
este autor, se suele olvidar que “las realidades de tales lugares
estuvieron con frecuencia caracterizadas por un ambiente represivo y
limitador, más que por ser realidades seguras y satisfactorias
(al fin y al cabo, ésta fue la clase de mundo del cual las generaciones
de emigrantes ansiaban huir, y precisamente no acudían a él
en tropel)” (Harvey, 2000). Es en ese punto donde se presenta cierta
inconsecuencia entre el discurso libertario de la banda y el ideal comunitario.
Un discurso de ese cuño podría difícilmente ser
sostenido en una comunidad rural, por lo general de orientaciones más
bien conservadoras. Pero comúnmente, es en la ciudad donde se
generan los ambientes propicios para la intelectualidad, y son muchas
veces los mismos intelectuales quienes olvidan que es en las grandes
muchedumbres donde se puede estar más protegido.
vuelve
al comienzo
Pecados capitales
La dimensión moralista
de la crítica antiurbana tiene antiguos precedentes. No hay que
olvidar que ya en el Antiguo Testamento la ira de Yahvé destruía
las inmorales Sodoma y Gomorra (Génesis 19:1-25), mientras que
el profeta Isaías advierte al rey de Babilonia que puede correr
la misma suerte si no cambiaba su comportamiento (Isaías 13 y
21). Un precedente teológico más reciente puede encontrarse
en San Agustín, el cual postuló la existencia de dos ciudades
contrapuestas. En el cielo distingue la “ciudad de Dios”,
poblada por ángeles obedientes, y la “ciudad del mal”,
habitada por los ángeles caídos. Estas dos ciudades celestes
tienen sus símiles en la Tierra, donde también puede observarse
dos ciudades opuestas: la “ciudad de Dios”, donde viven
los virtuosos, y la “ciudad del mal”, el lugar de quienes
sólo viven para el vicio y el egoísmo. El protestantismo
anglosajón, de fuerte inspiración agustina, condiciona
así el desprecio norteamericano a la urbe. El suburbio norteamericano
encuentra aquí uno de sus fundamentos (Sennett, 1997).
La banda trata esta dimensión
sólo de manera indirecta. No aborda explícitamente el
problema moral urbano, sino que se enfrenta más bien a las consideraciones
morales del capitalismo. Así, las temáticas consideradas
son la codicia burguesa y el afán egoísta de los grandes
empresarios (1/2 full):
Don't see some men as
1/2 empty/See them 1/2 full of shit
Thinking that we're all but slaves
There's ain't gonna be
No middle anymore
It's been said before
The haves be having more
Yet still bored
Won't someone save?
Won't someone save
The world?
No veas a algunos hombres
como medio vacíos
Velos como medios llenos de mierda
Pensando que sólo somos esclavos
Pero no va a haber ningún centro nunca más
Se ha dicho antes
Y aún están aburridos
¿No lo salvará alguien?
¿No salvará alguien al mundo?
Incluso, la letra de Green
disease denuncia la codicia como una enfermedad cuyo síntoma
es el color verde dólar. Ambas canciones fueron lanzadas en el
disco Riot act, el cual es portador de un potente discurso
anticorporativo, motivado por el estado actual de confabulación
capitalista a favor de las grandes corporaciones, especialmente desde
la llegada al poder de la administración neoconservadora de George
W. Bush, y manifestada en el estallido de escándalos financieros
como los de Enron y Xerox:
It's a disease and they're
all green
It emanates from their being
A satiation with occupation
And like weeds with big leaves
Stealing light from what's beneath
Where they have more
Still they take more
Es una enfermedad y todos
están verdes
Emana desde su interior
Saciedad mediante ocupación
Y como las malezas de grandes hojas
Robando la luz de lo que está más abajo
Donde tienen más
Ellas aún agarran más
Siguiendo este argumento,
Soon forget plantea la historia de un hombre cuya única motivación
es acumular dinero. En un caso dramático de codicia y avaricia,
este hombre cuenta cada mañana sus monedas, siendo lo único
en su vida que lo apasiona. El factor común que liga a estas
tres canciones es, como hemos dicho, la codicia. Es este el único
pecado presente en la crítica de Pearl Jam, y nuevamente comparece
aquí un afán romántico, el aborrecimiento del cálculo:
Counts his money every
morning
The only thing that keeps him horny
Locked in a giant house, that's alarming
The townsfolk, they all laugh
Sorry is the fool who trades his love for high-rise rent
Seems the more you make, equals the loneliness you get
And it's fitting, he's barely living, a day he'll soon forget
Cuenta su dinero cada mañana
La única cosa que lo mantiene excitado
Encerrado en una gigantesca casa, eso es alarmante
Todos los ciudadanos se ríen
Arrepentido está el tonto que cambia su alma por su alta renta
Parece que cuanto más haces más solo quedas
Y es apropiado, apenas está viviendo un día que pronto
olvidará
Higienismo posmoderno
Las utopías urbanísticas
que dieron origen al suburbio tienen, entre otras cosas, su cimiento
en las consideraciones ambientales, higiénicas y morales de la
ciudad nacida con la Revolución Industrial, la “ciudad
de la noche espantosa” (Hall, 1996). Los utópicos anglosajones
que postulan una nueva ciudad, como Howard, Mumford o Geddes, “fundamentan
su antiurbanismo en la nostalgia rural y la idea de reencontrarse con
la naturaleza y alejarse del vicio y la suciedad propios de la ciudad” (Sabatini, 1999). Esta fundamentación tiene, al menos, dos aristas.
La más evidente es el temor a las grandes epidemias que asolaron
las ciudades industriales a ambos lados del Atlántico, mientras
la segunda corresponde a la percepción de degradación
ambiental generada por la industrialización.
En el ataque que Pearl Jam
hace contra la ciudad con argumentos ambientalistas, nuevamente se expone
fuertemente la influencia metafísica de Emerson: la ciudad, inmunda,
contamina al espíritu del individuo, nubla su mente y su razón.
En Wash, el posible remedio que Pearl Jam prevé contra
esta interferencia mental y espiritual es la lluvia, elemento que desde
los tiempos bíblicos tiene una particular capacidad sanadora
de pecados, limpiadora de la suciedad e inspiradora de los más
altos pensamientos y sentimientos. Es además un subterfugio narrativo
frecuentemente utilizado, desde Taxi Driver hasta en Cien años de soledad:
Oh please, let it rain
today
This city is so filthy, like my mind in ways
Oh, por favor, haz que llueva
hoy
Esta ciudad está tan sucia, como mi mente de (alguna) manera
vuelve
al comienzo
Discusión
El hecho de que en las letras
de Pearl Jam se encuentren tópicos contrarios a la urbe en las
5 variantes del discurso del antiurbanismo, hace pensar que más
que una crítica acotada a una dimensión particular de
ésta, este discurso tiene un destinatario diferente, aun cuando
en una conceptualización etimológica pueda englobar a
la ciudad. Este destinatario distinto parece ser la Civilización,
o al menos, la modernidad y su progreso característico (Garden):
The direction of the
eye, so misleading
The defection of the soul, nauseously quick
I don't question, our existence
I just question, our modern needs
La dirección de la
mirada, tan extraviada
La dirección del alma, nauseabundamente rápida
No cuestiono nuestra existencia
Sólo cuestiono nuestras necesidades modernas
Sin embargo, toda vez que
derivan de la misma raíz (civis y civitas), ciudad y
civilización son fácilmente vinculables, y bien pudiera
estar Pearl Jam refiriéndose a ambos en sus críticas.
Esto se puede ver cuando en la misma canción, en un lamento claramente
dirigido contra la ciudad, la banda se queja de la ciudad al expresar
su desencanto hacia lo que denomina el “jardín de piedras” (Garden):
I will walk...with my
hands bound
I will walk...with my face blood
I will walk...with my shadow flag
Into your garden, garden of stone...
Caminaré... Con mis
manos atadas
Caminaré... Con mi cara ensangrentada
Caminaré... Con mi sombra decaída
En tu jardín, jardín de piedras...
La reflexión contraria
a la civilización se radicaliza aún más en Do
the evolution. Sin embargo, tanto en la canción como el
video que la acompaña es también patente que algunos problemas
de la sociedad son más agudos en la ciudad. Aún cuando
este video aporta material como para dedicarle un artículo entero,
esbozaré algunas claves apuntaladas por imágenes pertinentes:
(a) el mito del buen salvaje, reflejado en la aparición de indios
nativos americanos y esclavos negros, ambos sometidos a la influencia
occidental (la evangelización cristiana, en el primer caso, y
el látigo de los patrones anglosajones, en el segundo); (b) la
alienación psicológica, explicitada en escenas como la
caída libre de un suicida y la enfermiza relación hombre-computador;
(c) tanto en las imágenes del emperador romano como en la del
codicioso empresario observando a la ciudad industrial comparece la
dimensión contraria a la ciudad como polo del poder; (d) el hombre
destruye la ciudad a través de procesos productivos contaminantes.
Sin embargo, a causa de su condición destructiva, incluso en
el campo se comporta como un degradador ambiental; (e) asoma la crítica
moralista a la ciudad de los vagos, borrachos, ociosos y violadores;
y (f) en lo que podría denominarse una de las utopías
urbanistas más socorridas, la ciudad desaparece producto de la
acción de las bombas atómicas, lo que de algún
modo también recuerda el fuego bíblico que asoló las ciudades pecadoras.
En su crítica al suburbio,
Pearl Jam dirige su queja hacia la soledad, a la visión del hogar
“hacia adentro”, a la pérdida de lazos comunitarios.
Es ante todo, una queja contra la separación de las personas.
En la segunda dimensión, apunta los dardos a la segregación,
la discriminación y la distancia social. En la tercera, en tanto,
la cuestión pasa por la separación entre hombre y medios
de producción a causa del capitalismo y la escisión que
éste provoca entre hombre y Naturaleza. La cuarta está
referida al vicio urbano, en especial la codicia; y por último,
encontramos la crítica a la ciudad grande y contaminada. Las
invectivas que la banda dirige en las últimas dos dimensiones
se explican casi por sí mismas. Pero me parece necesario ahondar
un poco más sobre las anteriores.
Éstas plantean una
separación: ya sea entre personas (clases o etnias); entre trabajador
y trabajo y entre éste y su producto; entre el hombre y la Naturaleza.
Pues bien, el concepto que mejor encierra todos estos procesos de separación
es el de alienación. En sentido estricto, alienación significa
enajenar o “hacer de otro”. Con el correr de los siglos
el término adquirió otros significados, como despojar,
de connotación similar al robo. También en un sentido
teológico comenzó a ser utilizado para expresar el ser
apartado de la gracia de Dios, y con la vulgarización del término,
derivó en separar.
Esta es tal vez la acepción
que con mayor fuerza se despliega en el discurso de Pearl Jam, aunque
con una variación rousseauniana, “en que se considera que
el hombre está apartado, enajenado de su naturaleza original”,
existiendo así una sensación permanente de pérdida
de la naturaleza humana original y pura a causa de la Civilización.
Ya en 1830, Mill señalaba los efectos perversos de ésta,
como “la pérdida de independencia, creación de necesidades
artificiales, monotonía, comprensión mecánica y
estrecha, desigualdad y pobreza sin esperanzas” (Williams, 2000).
Para volver a su esencia, el camino es entonces el primitivismo o bien
el cultivo de sentimiento y prácticas humanas alternativas.
Reflejo de una época
contradictoria, espejo de un lamento generacional que se extiende incluso
más allá de las fronteras de Estados Unidos, Pearl Jam
hace suya una cuestión que muchos pensadores han venido examinando
a través de las épocas. La peculiar síntesis entre
elementos de la Ilustración, del Romanticismo y del materialismo
marxista que se evidencia en las letras de la banda denuncia las progresivas
alienaciones que caracterizan a la Civilización y al que tal
vez es su producto más notable, la ciudad, reelaborando en tiempo
presente un “malestar de la cultura” de vieja data. Y como
ayer, las alternativas planteadas parecen ser las mismas, al igual que
muchas de las “modernas” angustias de la Generación
X.
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Reflexiones para servir a la resistencia contra la invasión neoliberal.
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Las ilustraciones y los comentarios asociados a ellas no son parte del artículo original, y su responsabilidad es exclusiva de bifurcaciones
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