EDITORIAL · Ricardo Greene*
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MANIFIESTO BIFURCACIONES: |
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Digan lo que digan del dulce milagro de la fe ciega,
En diciembre del 2004, luego de un año de planificación y con la colaboración de más de 40 personas, el primer número de bifurcaciones fue publicado. Nuestro objetivo principal era fundar un espacio que permitiera debatir sobre la ciudad desde una perspectiva cultural, a la vez que reflexionar sobre las formas tradicionales de comunicación académica. Ocho números y 48 meses más tarde, mucho hemos avanzado en esas líneas, abriendo canales de producción y difusión del conocimiento hasta entones inexistentes en Latinoamérica y el mundo.
Ahora bien, pese a los logros y reconocimientos que hemos obtenido durante estos años, seguimos trabajando de manera crítica y reflexiva con la mirada puesta en el futuro, reconociendo que aún nos queda mucho por avanzar. Sabemos que, pese al apoyo que hemos recibido tanto de lectores como de autores e instituciones internacionales, nuestro trabajo sigue siendo calificado de marginal por aquellos que comulgan –usualmente por convención- con las formas tradicionales de comunicación académica. Precisamente entendiendo esto es que hoy hemos querido trazar esta nueva hoja de ruta, expresando y exponiendo nuestras cinco líneas claves de trabajo. Esperamos que con nuestra plataforma y su apoyo activo podamos ir reforzando y explorando aún más estos temas de discusión, trasladándolos desde la periferia al centro del debate en nuestros países, y enriqueciendo así las múltiples maneras que existen de abordar y desentrañar los fenómenos urbanos. Norte: Por la cultura de y en la ciudad Los estudios culturales urbanos han cobrado un fuerte impulso durante las últimas dos décadas alrededor del mundo, aportando en temáticas tan variadas como identidad, participación ciudadana, imaginarios urbanos, patrimonio, regímenes de visibilidad y memoria histórica de las grandes urbes. En Latinoamérica, sin embargo, su participación y desarrollo ha sido escaso, pese al potencial que posee para explorar temas ocultos en el fondo oscuro de nuestra vida social. Los canales de difusión han sido pocos y nulos, y los que existen usualmente han pecado de poca rigurosidad, quedando entonces al margen de las discusiones públicas sobre la construcción de ciudad. Precisamente sobre esta fisura es que Bifurcaciones, revista de estudios culturales urbanos fue levantada, haciendo un llamado de atención sobre la relevancia de las variables culturales en el tramado de la vida social.
Queremos hacer frente a una manera de hacer ciudad y de enfrentarse epistemológicamente a ella que nos parece insuficiente. El urbanismo de hoy observa los fenómenos urbanos casi únicamente desde sus condiciones materiales, siguiendo una mirada estructuralista y de orden cuantitativo. Con ello ha relegado las identidades, estigmas, símbolos, emblemas, tribus, representaciones, microresistencias y utopías a un lugar olvidado de los estudios académicos. Creemos que no podemos continuar ignorando la centralidad de las variables culturales en el tramado social y urbano. Ya que, por ejemplo, ¿cómo podemos estudiar los ghettos urbanos si no prestamos atención a la conformación de los estigmas territoriales? ¿cómo podemos diseñar espacios públicos ricos y heterogéneos si no entendemos la manera en que nos enfrentamos a los extraños? ¿cómo podemos discutir sobre vivienda social si no abrimos los ojos a la relevancia de las redes sociales en su dimensión espacial? ¿cómo podemos trabajar con nuestras ciudades si no entendemos la raíz de nuestra disconformidad hacia ellas? Estas son algunas de las preguntas que hemos intentado responder en nuestros cuatro años de trabajo, y ese el enfoque que queremos seguir explorando y potenciando.
Estamos situados en un tiempo y un lugar -Latinoamérica, hoy- en que la disciplina urbanística se encuentra absorta en el ejercicio de su práctica, embobada con una ejecución que frecuentemente extravía su sentido. Alejándose de una arquitectura que antepone con premura el hacer por sobre el ser, bifurcaciones tantea el terreno sobre el cual un ‘urbanismo de la cultura’ puede refundarse. Creemos que es factible estudiar la ciudad desde su dimensión imaginaria, y que dicha exploración es capaz de producir información valiosa y de primera mano sobre las distintas maneras en que los ciudadanos piensan y califican el territorio que habitan. Estamos convencidos, además, que dicho conocimiento, complementado con estudios que aborden las prácticas que se despliegan en el espacio urbano, puede y debe ser parte activa de la discusión sobre la ciudad. Es cierto que son limitados los territorios que hasta ahora hemos sondeado y muchos los que permanecen aún fuera de todo mapa, agazapados en el silencio de su propia noche, pero descansamos en la ansiosa esperanza de que este viaje pueda abrir camino a futuras exploraciones. Este: Por la libre difusión del conocimiento Bifurcaciones se encuentra hoy trabajando por romper con la endogamia académica. Nos parece que las reglas de homogeneización, necesarias siempre en toda comunidad, se vuelven perjudiciales cuando dejan de facilitar el diálogo y traban el libre flujo de información. Nos sentimos parte de una nueva camada de proyectos e iniciativas a favor de la libre distribución del conocimiento, que reconoce la riqueza que surge en el intercambio, en los flujos y cruces. Estamos convencidos, además, que los académicos tenemos, ante todo, el deber de dar a conocer los resultados de nuestras investigaciones; que debemos dedicar tiempo y esfuerzo para que nuestros resultados afecten el mundo, participando y afectando tanto las políticas públicas como el sentir de los ciudadanos.
Aunque aplicable a todo el mundo académico, nos parece que esto es especialmente sensible para el caso de estudios financiados con fondos públicos. No puede ser que dineros fiscales produzcan investigaciones que sean únicamente publicadas en revistas con fines de lucro y de acceso restrictivo; es decir, que las ideas que producen terminen siendo manejadas exclusivamente por un grupo cerrado y elitista de intelectuales. Así también, creemos que no es posible que los datos originales que dichas investigaciones levantan queden guardados en oficinas particulares. Dicha información debiera ser de dominio público, lo que favorecería no sólo su fiscalización sino también la riqueza y reproducción del conocimiento.
Es por esas razones -porque somos coherentes con la naturaleza de nuestro proyecto y porque conocemos nuestro lugar en el mundo académico (y fuera de él)-, que hemos decidido no formar parte de una serie de instituciones centrales para la comunicación académica hoy, cuyos procedimientos nos parecen perjudiciales y anacrónicos. Esta decisión ha tenido un costo alto, pero hemos preferido pagarlo antes que seguir reproduciendo modelos de intercambio elitistas, excluyentes, poco afines a las nuevas tecnologías y prejuiciosos ante metodologías alternativas de investigación. Es por eso también que aquí, en esta editorial, hemos decidido rechazar el Patrocinio Bicentenario que el Gobierno de Chile nos otorgó al año de nuestra creación. La razón de esto radica en el perjudicial proyecto de Ley que el mismo Gobierno está intentando promulgar, y que apunta justamente en dirección contraria a nuestros intereses colaborativos, abiertos y de acceso universal.
Por último, y siguiendo con esta directriz, todo el material que producimos es publicado bajo la modalidad Creative Commons 3.0 Atribución-No Comercial-Sin Derivadas, lo que quiere decir que cualquier cosa puede ser republicada de manera gratuita, siempre y cuando no se modifique, se mencione autor y fuente, y sea sin fines de lucro. SUR: Por validar modos no tradicionales de producir y difundir conocimiento El descubrimiento del caos refuerza el celo por el orden Desde nuestros comienzos hemos trabajado por validar en la academia ciertos conocimientos, soportes, medios y plataformas que usualmente son vistas como secundarias. Creemos que, así como la ciudad se puede vivir, soñar y representar de infinitas maneras, así también se la puede pensar y abordar de muchas formas. Cada medio presenta ciertas limitaciones y abre otras posibilidades, y atendiendo eso es que bifurcaciones siempre ha intentado proponer una doble mediación entre palabra e imagen. Es por eso, también, que hemos ido abriendo secciones que no arrancan ya de la palabra escrita como abecedario para reflexionar sobre lo urbano, sino de la imagen y los sonidos, claves primordiales en el conocimiento y experiencia de la ciudad. Dado su carácter reflexivo y a la vez perceptual, además, dichas secciones no intentan situarse ni en el género de ficción, ni el documental ni el de artes visuales, sino en el punto en que ellos se cruzan.
Bifurcaciones se levanta, en esta línea, como un proyecto bifronte, que mira tanto hacia las investigaciones y discusiones académicas como hacia los discursos y prácticas ciudadanas, tendiendo un puente firme entre ambas. Es consecuente con eso que la revista posea procedimientos altamente rigurosos desde el punto de vista académico –asunto certificado externamente por nuestras indizaciones-, pero que ofrezca a la vez secciones innovadoras, pensadas para interesar a un público más amplio, a la vez que para explorar diversos lenguajes y materiales.
Por último, ante este convencimiento de que el estudio de las ciudades, y en particular de la interrelación entre ciudad y cultura demandan una aproximación comprehensiva y multidisciplinaria, tanto la composición del equipo editorial de la revista (Consejo Directivo, Comité Asesor, Cuerpo de Árbitros) como la selección de los trabajos publicados han sido construida en la confluencia de múltiples perspectivas y enfoques teóricos y metodológicos, acogiendo así aportes de disciplinas tan diversas como arquitectura, historia, antropología, diseño, urbanismo, ciencia política, letras, artes, sociología, música, periodismo y estética. De esta manera se ha querido enriquecer la discusión sobre la manera en que habitamos nuestras ciudades, convocando miradas y sensibilidades diferentes pero complementarias en cuanto al punto de interés: la ciudad. Oeste: Por la comunicación electrónica El paso del papel a Internet, de lo analógico a lo digital, puede parecer algo sencillo y puramente material, pero en su corazón guarda particularidades de gran fuerza que debemos entender y explorar. Porque si, como afirmó Marx, lo esencial de toda sociedad es la manera en que sus fuerzas productivas se organizan en relaciones de producción, podemos decir que estamos asistiendo a un periodo de la historia en que las cosas están cambiando. Porque las maneras en que tradicionalmente se ha organizado el mundo académico para producir y difundir conocimiento están cambiando. Este punto de inflexión puede obviarse con facilidad, ya que la Web ha sido utilizada por las revistas académicas principalmente para colgar material previamente creado para el papel, como si la red fuera un soporte periférico y secundario. Basta una navegación rápida para darse cuenta que la forma más utilizada para publicar material es, de hecho, con archivos .pdf, el formato electrónico que más se asemeja y respeta las propiedades del papel. Esto, creemos, paulatinamente dejará de ser así. La nuestra no es una cruzada en contra del papel, pero si por la co-existencia respetuosa de ambos medios, lo que requiere reconocer que Internet ofrece un sinnúmero de posibilidades que escapan de los cuatro márgenes del papel, los que lentamente debieran ir transformando las formas de investigar y comunicar; los modos de escribir que se articulan en y desde la academia.
Uno de nuestros proyectos más ambiciosos, justamente, dice referencia con validar y poner en discusión las particularidades del formato electrónico. Esto no implica una negación ni un detrimento del material que se publica en papel, sino simplemente el reconocimiento de que Internet permite complementar la palabra escrita –y viceversa- con trabajos audiovisuales, vínculos activos (links), tablas dinámicas, relevamientos de terreno en 3d, animaciones, realidad virtual, paisajes sonoros y otro tipo de lenguajes que nos permiten reflexionar sobre el mundo desde distintas perspectivas. CODA Por último, nuestro proyecto se encuentra atravesado por un sesgo prourbano, que si bien no establece distorsiones en la selección y publicación de trabajos, sí condiciona nuestras actividades anexas y discurso editorial. Entendermos que toda ciudad libra una lucha sangrienta consigo misma, y que no se trata de una guerra tradicional, con bandos antagonistas reconocibles y articulados. La guerra civil que yace en el corazón de toda urbe es más sutil y sus orígenes pueden rastrearse a una fisura primigenia que trizó su rostro el día mismo de su nacimiento, un quiebre vivo pero ubicuo del cual manan discursos antagónicos sobre ella y sobre las personas que la habitan. De un lado, las ciudades son pensadas, imaginadas y vividas como el logro máximo de toda civilización, modelos de progreso y de desarrollo en cuyos muros perimetrales descansan la sabiduría y la libertad. Del otro lado, las ciudades constituyen la decadencia máxima de la humanidad, un abismo metálico y contaminado que es fuente de destrucción y anonimato. Todos quienes vivimos en ciudades cargamos en nuestros corazones con esta ambigüedad, colgando de un péndulo que bascula entre el orgullo por lo que se ha construido y la vergüenza por lo que hemos estado dispuestos a pagar para lograrlo.
Nuestra intención es hacer frente a este extendido discurso antiurbano que recorre nuestras ciudades, revelando sus tensiones y resintonizando así a los ciudadanos con sus ciudades. Esa es y ha sido una de nuestras principales motivaciones, y continuará estando entre nuestras principales líneas de trabajo.
Cinco líneas de exploración se han dispuesto en este texto: por la cultura urbana, por la libre difusión del conocimiento, por validar modos no tradicionales de producir y difundir dicho conocimiento, por la comunicación electrónica y por el pro-urbanismo. Cinco caminos que se separan y se encuentran, y que en esos trazos dibujan la silueta de nuestro proyecto. Siéntanse invitados a participar e incorporarse a este recorrido.
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* Director Revista Bifurcaciones, email: revista[arroba]bifurcaciones.cl volver
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